Anticipa un cierre 2018 catastrófico
Por Gustavo Campana
El Fondo Montetario Internacional regresó con la Biblia
menemista bajo el brazo. Plantea ante cada micrófono, pero con otras palabras,
aquello de "estamos mal, pero vamos bien". La promesa de un futuro
que nunca llega, anestesia tu dolor presente y estira los tiempos políticos
hasta donde puede. Experiencia sufrida ante cada incursión de la derecha en
nuestra historia política contemporánea.
El poder real gana tiempo con espejismos y en el mientras
tanto, sigue generando desastres. A millones de seres humanos se les pide
paciencia y en ese tiempo de entrega casi mística a los brazos de tu verdugo,
convivencia con el enemigo tan disociada con la realidad del bolsillo y la
heladera, se produce el sistemático saqueo millonario: transferencia de
recursos, deuda externa, privilegios para el capital concentrado, etc.
Roberto Cardarelli, jefe de la misión en la Argentina,
señaló que “el cuarto trimestre será el peor”, coincidiendo con casi todos los
analistas locales y los gurúes de Wall Street. El Fondo Monetario Internacional
prevé una contracción del consumo privado de 9,9% este año y de 4,6% para 2019
según su último staff report. Dijo que “las políticas fiscal y monetaria
actuales son de estabilización y la estabilización macroeconómica tiene un
costo. Se puede decir que el programa monetario ha funcionado en estabilizar el
peso, ahora es cuestión de seguir implementándolo y esperar que bajen las
expectativas de inflación de manera más contundente”.
No plantea en detalle, qué tuvo que estabilizar Argentina,
si contemplamos los números y el objetivo de su economía 2003-2015. Cuál fue el
sinceramiento ineludible en áreas como sustitución de importaciones
(multiplicación de Pymes, comercios y fuentes de trabajo), reestructuración de
la deuda (con quita del 70%), paritarias fuertes (con salarios que siempre le
ganaron a la inflación), dólar contenido con políticas de Estado (para que el
mercado no genere que tengamos que pagar el pan a precio de exportación) y
cobertura para casi el 100% de los habitantes (Fondo de Garantía de
Sustentabilidad millonario). Estas apenas son algunas de las variables
económicas que posibilitaron la primera entrega del poder no traumática desde
1983 hasta 2015. Pero parece que aquello no era saludable.
El funcionario del FMI recalcó: “Esperamos que la recesión
no dure mucho, dos o tres trimestres a lo sumo”. No se trata de rezar, para
esperar que pare de llover lo antes posible. Se supone que el Fondo tiene
certezas... No, con la misma receta mató a centenares de pacientes y cuando la
vuelve a aplicar, promete sanación con los mismos argumentos que se cansaron de
demostrar su ineficacia.
Caldarelli pronosticó que “en el segundo de 2019” habrá un
crecimiento de la mano del campo. Por lo tanto, el factor económico que más
concentra y menos distribuye (sin retenciones) y el que reúne a la menor
cantidad de mano de obra, será nuevamente la locomotora de un país rico, con un
pueblo hambreado. Argentina cada vez más parecida a la séptima economía del
mundo de finales del siglo XIX y principios del siglo XX.
El Fondo no habla de industria nacional, porque viene a
consolidar la dependencia económica. No cree en la sustitución de
importaciones, porque eso le quitaría mercados a los países centrales que
representa. Su receta apunta a matar a la economía real (sin fábricas, sin
mercado interno, importándolo todo) y a vivir con respirador artificial (deuda
externa). Pero saben que ese mecanismo, tiene fecha de vencimiento...
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