Gadafi siempre fue un admirador de Perón y el peronismo.
Esto lo aprendió de los movimientos que reivindicaban a Nasser, líder de un
Movimiento Nacionalista Revolucionario que gobernó Egipto y fue inspiración
para muchos políticos de África y Medio Oriente. Entre la bibliografía
obligatoria de los nasseristas había muchos análisis sobre el peronismo. Los
hechos en Libia se sucedieron de tal forma que el coronel Gadafi encontró un
paralelismo entre su Movimiento y su llegada al poder con la de Perón que lo acerco
mas al líder argentino, que en ese momento vivía en el exilio. Los contactos
fluyeron y se entabló una buena relación, al retornar Perón a la Argentina las
relaciones con Libia crecieron velozmente. Pero al precipitarse la muerte del
General, Gadafi, temió lo peor. Allí fue que le envió una carta escrita a Maria
Estela (Isabelita) de Perón donde le recomendaba a la presidenta armar un grupo
de militares leales para salvaguardar la vida del Movimiento Peronista. En la
misiva le proponía enviarle armas y técnicos militares altamente calificados
que entrenarían a un importante número de soldados en corto tiempo. También le
ofrecía armas pesadas, tanques y hasta aviones de combate con el fin de
desarticular rápidamente cualquier intento de desestabilización. Isabelita
rechazó la ayuda y no mucho tiempo después fue depuesta por el golpe de Estado
de 1976.
Las relaciones de Argentina con Libia se estancaron, pero
los puentes diplomáticos tendidos en ese momento se mantuvieron en pie. Más
tarde, en los momentos del conflicto malvinense, fueron muy útiles.
Libia pertenecía al Movimiento de Países No Alineados y era
el único de estos que tenía “contactos informales” con Argentina, o sea
contactos por fuera del circuito diplomático oficial. Este movimiento resolvió
apoyar activamente a la Argentina en la disputa con los británicos, pero como
su situación internacional era tan delicada no podían mostrar ningún tipo de
ayuda militar al país sudamericano. Así pues Gadafi volvió a escribir de su
puño y letra una misiva donde informaba a Galtieri todo el armamento que se le
podía enviar al ejército argentino. El gobierno argentino al principio dejo la
misiva sin respuesta, pero al avanzar el conflicto y encontrarse con los
obstáculos de abastecimiento impuestos por el cerco británico terminó
aceptando. Fueron en total cuatro aviones de gran porte cargados de todo tipo
de armamentos, principalmente rusos, que eran de donde se abastecían los países
ya mencionados. Según los documentos desclasificados argentinos Libia envió: 15
misiles aire-aire, cinco aire-tierra, varios modelos de radares, veinte
motores, veinte lanzadores portátiles tierra aire SA-7 Grail/Strela-2 con
sesenta proyectiles, diez morteros de 60 mm con accesorios y 492 proyectiles,
diez de 81 mm con accesorios, 498 proyectiles súper-explosivos y 198
iluminantes, mil bombas iluminantes de 26,5 mm, cincuenta ametralladores
calibre 50 mm con 49.500 proyectiles, 4 mil minas antitanque y 5 mil
antipersonales.
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