Las alarmantes cifras indican que cada año el 2.5% de los
insectos desaparece, algo que parece ser insostenible y que habla de la que ha
sido llamada la sexta extinción masiva en la historia del planeta. Los insectos
constituyen por mucho la especie animal más masiva, superando 17 veces en peso
a los humanos (cifra que, por otro lado, es ampliamente superada por las bacterias).
Como se ha popularizado en los últimos años en torno al tema del colapso de las
abejas (a partir de una frase atribuida a Einstein), sabemos que los insectos
son indispensables para el funcionamiento apropiado de los ecosistemas. Pese a
la literatura apocalíptica, en la que el fin del mundo suele ser prefigurado
por una invasión de insectos, en realidad el fin del mundo es prefigurado por
la ausencia de los mismos. Así que aunque en primera instancia algunas personas
podrían pensar que no es importante que desaparezcan ciertos insectos
comúnmente considerados como molestos y poco agradables, en realidad, debido a
la estrecha interdependencia de la biósfera, nuestra vida depende de sus
actividades polinizadoras y recicladoras de nutrientes.
La principal razón que se cita para explicar su declive son
los métodos de producción de alimentos (como el uso de insecticidas y
pesticidas en los cultivos). La desaparición de los insectos podría precipitar
un incremento exponencial de la extinción de otras especies que se alimentan de
ellos o que dependen indirectamente de sus actividades (esto es, prácticamente
todos los demás animales). El estudio mencionado sugiere que es en el Reino
Unido donde más ha disminuido el número de insectos, si bien esto se puede deber
solamente a que es el país más estudiado en este sentido.
Los insectos que más están sufriendo un declive son los
tricópteros, las mariposas, los escarabajos y luego las abejas. ¿Pueden
imaginar un mundo sin mariposas? Sería horrible y no parece estar demasiado
lejano, pues en los últimos 10 años, más del 50% de estos insectos ha
desaparecido.
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