30 Junio,
2018EL DISENSO Mariana Escalada & Agustin Ronconi
En su última Misa matutina celebrada en la Capilla de la
Casa Santa Marta, el Papa Francisco recordó la seducción del escándalo y del
poder de la comunicación calumniosa.
Si bien Duran Barba aseguró en el pasado
que el Papa no mueve el amperímetro, sus palabras son escuchadas por una gran
cantidad de argentinos que ayer se desayunaron con la noticia de que el
gobierno de Cambiemos aprobó la fusión de Telecom y Cablevisión, y hoy, en el
“Día del Papa”, las palabras de Francisco, cobran mas relevancia que nunca: “La
comunicación calumniosa es el inicio de las dictaduras”.
Desde la web del Vaticano, compartieron las palabras de
Francisco, que construyó su homilía sobre la “comunicación calumniosa”,
advirtiendo que cuando se quieren destruir a las instituciones o las personas,
se comienza a calumniar, sacando provecho de “la seducción que el escándalo
tiene en la comunicación“.
El Papa parte de la historia de Nabot, en el Primer Libro de
los Reyes, en la que el rey Acab desea la viña de Nabot y le ofrece dinero por
ella, pero como ese terreno forma parte de la herencia de sus padres, Nabot
rechaza su oferta. Entonces Acab sigue el consejo de su mujer, Jezabel, acusa a
Nabot de falsedad, lo mata y toma posesión de su viña. El Papa Francisco señaló
que la historia de Nabot es paradigma de todos los mártires que han sido
condenados usando un escenario de calumnias, y también del modo de proceder de
tantos jefes de Estado y de Gobierno. “Se comienza con una mentira y después de
haber destruido a la persona, se juzga y se condena“.
Las dictaduras
adulteran las comunicaciones
“También hoy, en muchos países, se usa este método: destruir
la libre comunicación”.
“Por ejemplo pensemos: existe una ley de los medios, de
comunicación, se cancela esa ley; se entrega todo el aparato comunicativo a una
empresa, a una sociedad que calumnia, que dice falsedades, debilita la vida
democrática. Luego vienen los jueces a juzgar a esta institución debilitada,
estas personas destruidas, condenadas, y así va adelante una dictadura. Las dictaduras,
todas, han comenzado así, con adulterar la comunicación, para poner a la
comunicación en las manos de una persona sin escrúpulos, de un gobierno sin
escrúpulos”.
La seducción de los escándalos
“También en la vida cotidiana es así”, subraya el Papa
Francisco, explicando que si se quiere destruir a una persona, se comienza por
la comunicación: difamar, calumniar, decir escándalos, ya que “comunicar
escándalos es un hecho que tiene una seducción enorme“. Y así la comunicación
crece, y esa persona, institución, o país, termina en la ruina. Al final, no se
juzga a las personas, se juzgan las ruinas de las personas o de las
instituciones… porque no pudieron defenderse.
“Muchas personas, y países han sido destruidos por
dictaduras malvadas y calumniosas. Pensemos por ejemplo en las dictaduras del
siglo pasado. Pensemos en la persecución a los judíos, por ejemplo. Una
comunicación calumniosa, contra los judíos; y terminaban en Auschwitz porque no
merecían vivir. Es un horror, pero un horror que sucede hoy: en las pequeñas
sociedades, en las personas y en tantos países. El primer paso es apropiarse de
la comunicación, y después la destrucción, el juicio, y la muerte”.
Francisco apunta a la “capacidad destructiva de la
comunicación malvada”, a darse cuenta de la cantidad de personas y países
destruidos por estas dictaduras ‘de guantes blancos’.
Ahora se entiende porque Durán Barba no pierde oportunidad
de apuntar sus cañones comunicacionales contra Francisco, quien resumió la
problemática que atraviesa nuestro país en tan solo tres palabras “la
comunicación malvada”. El contrataque no se hizo esperar, ya está en las
gateras la nueva ola negra (o tal vez naranja) que irrumpirá en escena en pocos
días. Amparándose en el recorte de gasto público solicitado por el FMI, de un
día para el otro apareció en agenda la separación de la Iglesia y el Estado,
para que el gobierno deje de pagarle a estos “rebeldes de sotana” sus sueldos,
al tiempo que se da inicio a una campaña de apostasía colectiva. Si bien el proyecto
fue presentado desde Cambiemos, la fuerza de choque será nuevamente el
progresismo que saldrá a la calle a luchar por las premisas duranbarbescas.
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