La reforma constitucional de 1994
significó la clausura, al menos formal, de 141 años exclusión para la temática
indígena en la historia argentina. Sin embargo, todavía hoy los 19 pueblos
indígenas que habitan nuestro país siguen siendo parte del olvido en la memoria
colectiva.
Ya en 1983, el despertar de la
democracia provocó en la sociedad argentina cierta sensibilidad a nivel de
pensamiento y acción en la temática indígena. Fue así como en la década que
siguió se sancionó una ley nacional del aborigen, junto a sus homólogas en las
provincias de Formosa, Salta, Chaco, Río Negro, Misiones y Santa Fe.
En 1993 se aceleró el camino
hacia la reforma constitucional con el Pacto de Olivos entre los principales
actores de la política argentina: Carlos Menem y Raúl Alfonsín. Como fruto de
los talleres de capacitación organizados entre los pueblos indígenas y con el
apoyo de las instituciones, se eleva un documento a los legisladores nacionales
solicitando la incorporación del reconocimiento de los derechos indígenas en la
Constitución Nacional
La Constitución de 1853 en su artículo 67, inciso 15, era
discriminatoria taxativa con los pueblos
indígenas: “Corresponde al Congreso proveer a la seguridad de las fronteras,
conservar el trato pacífico con los indios y promover la conversión de ellos al
catolicismo”....
Cada año en esta fecha se celebra un nuevo aniversario de
lucha, dentro del marco de una legalidad que está bien lejos de la práctica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario