Se alimentan de pulgones
Andrea Pellicer
Por-Andrea Pellicer |
Algunos creen que traen suerte, fortuna, amor o salud.
Incluso está la costumbre de pedir deseos si alguna de ellas se posa sobre una
persona. Si se tiene esto en cuenta, se podría decir que en el INTA de La
Consulta existe una especie de “fábrica de deseos” ya que, en estas
instalaciones, se desarrolla un criadero de vaquitas de San Antonio.
Mariquitas o paquitas, son algunos de los nombres que
reciben en Argentina los coccinélidos. Tal vez, se trate de uno de los insectos
con mejor prensa por sus atractivos colores y lunares pero, lejos de los mitos
populares, se esconde la importante labor que estos “bichitos” desarrollan en
la naturaleza y es que son un efectivo plaguicida para la agricultura.
Como parte de los proyectos especiales de Prohuerta en junio
del 2018 se comenzó a trabajar en la la idea de producir un insumo para el
control de plagas en las huertas orgánicas de la zona del Valle de Uco. Unos
meses después -en primavera- se inició la recolección y cría.
Silvina Panonto y Carla Chiandussi, son las profesionales
que llevan este programa adelante desde su inicio y planean continuar con otras
investigaciones bajo la dirección del ingeniero agrónomo Daniel Pizzolate,
responsable de la institución.
Es en el sótano de la Estación Experimental Agropecuaria,
ubicada en el kilómetro 96 de la ex ruta 40 en San Carlos, que estas dos
mujeres acondicionaron una de las cuatro cámaras que estaban en desuso para
llevar adelante esta tarea. Pero la idea no es quedarse allí, sino que planean
extenderse con la cría de otras especies.
Son varios los ejemplares y se encuentran en diferentes
habitáculos según su especie. Allí se los alimenta diariamente. En la cámara, a
través de un aire acondicionado y luces, se recrea un ambiente propicio para
que los coccinélidos continúen con su desarrollo.
Hasta el momento se han descripto más de 4.500 especies de
vaquitas, existen de todos colores y tamaños, tanto en su cuerpo como en sus
parches (lunares).
Estos insectos están presentes en todas las regiones del
mundo que tengan temporadas cálidas y pasan su vida en las plantas donde
encuentran su principal alimento. A pesar de lo que algunos creen, son insectos
carnívoros y solo una especie de las tantas que hay daña el cultivo de zapallo.
Se trata de la epilachna paenulata, la cual es fácil de identificar por su gran
tamaño y color marrón claro con parches marrón oscuro.
El resto tiene una dieta a base principalmente de pulgones
pero también atacan a los ácaros, eriofidos y algunos de tejidos de hongos que
causan enfermedades en los cultivos. Una vaquita adulta puede comer más de mil
pulgones durante el verano. Además durante esta época pueden llegar a poner más
de un millón de crías, esto las convierte en un eficaz controlador de plagas
natural.
Los huevos son de color amarillo y se ponen, usualmente, en
el dorso de las hojas en forma de racimo. Las especialistas explicaron que las
vaquitas tienen una metamorfosis completa. Es decir, nace de un huevo, durante
la juventud es larva después empupa hasta llegar a la adultez. Todo este ciclo
tiene una duración de 20 días.
Hacer tu propio criadero y decirle adiós a los insecticidas
Con un poco de dedicación, cualquiera puede llegar a tener
su propio criadero para atacar justo a tiempo las plagas que afectan nuestro
jardín o huerta de una forma natural y diciéndole adiós a los plaguicidas. De
esta forma, nos aseguramos que nuestros vegetales cultivados en casa son 100%
orgánicos y libres de tóxicos.
Se requiere un recipiente tipo tupper. A la tapa se le debe
dejar solo el marco para que cierre bien pero el resto debe ser remplazado con
una tela o tul para que ingrese el aire. En el interior se le debe poner un
poco de papel filma para que adhieran sus huevos allí.
La temperatura ideal para su desarrollo es superior a los
20º, es decir que, preferentemente el recipiente tiene que estar en el interior
de la casa y, durante el invierno, se le debe proporcionar unas 15 horas de luz
que puede ser artificial. Una vez que las vaquitas ponen sus huevos, estos se
recolectan y posan en la cercanía de las colonias de plagas.
Un dato no menor es que se las debe alimentar a diario con
pulgones, preferentemente, de las caléndulas, lechuga y cerraja.
El futuro del proyecto
Hasta el momento, no se ha podido modificar la dieta de los
coccinélidos, lo cual implica un problema ya que en invierno el nivel de esta
plaga baja considerablemente. Sin embargo, este es el próximo paso que darán
las especialistas Panonto y Chiandussi en su proyecto.
Ambas consideraron que la importancia para desarrollar este
tipo de tareas no es menor debido a la necesidad de disponer de organismos
benéficos para los productores. Otro punto relevante es capacitar y divulgar la
identificación y cuidado de estos insectos para poder minimizar el uso de
elementos tóxicos en los controles de plaga.
En un futuro próximo, la intención es aumentar la producción
de huevos y comenzar con la cría de otras especies benéficas. Debido a que la
disponibilidad en el mercado de este tipo de controles naturales no es
considerable. Esto lleva a que en la mayoría de los cultivos se manejen bajo un
modo tradicional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario