Sabor amargo
Por Tomás Eliaschev
Hace unos años dieron a conocer el accionar de sojeros
inescrupulosos que querían robar la tierra a las familias que viven allí desde
tiempos ancestrales. El proceder mafioso terminó con el asesinato de dos
militantes de esta organización, que hace 25 años está presente en el interior
profundo santiagueño. En 2011, las bandas armadas de empresarios ávidos de
acaparar campos a toda costa asesinaron a Cristian Ferreyra. Al año siguiente,
se repitió el proceder criminal y el asesinado fue Manuel Galván. Ahora, los
campesinos organizados acaban de levantar la voz y formularon una denuncia con
nombre y apellido: señalan a Orlando Eduardo Canido, el dueño de Manaos, por
formar patotas armadas con la intención de garantizarse negocios fraudulentos
con las tierras donde desde hace décadas viven familias campesinas, trabajando
la tierra.
Manaos es una línea de gaseosas de segunda marca conocida
por sus publicidades con figuras como el Chaqueño Palavecino, Rodolfo Ranni,
Martín Palermo, Enzo Francescoli y Juan María Traverso. Su eslogan parece una
confesión: “Tomá lo mejor de tu país”. Sus apelaciones al “orgullo nacional”
suenan a cinismo.
El escenario del conflicto es la comunidad de Bajo Hondo, a
15 kilómetros de Pozo del Toba y a 80 de la ciudad de Quimilí, en el
centro-norte de Santiago del Estero. Una vez más se genera enfrentamiento entre
empresarios que llegan a comprar tierra donde desde hace décadas viven
familias. Los métodos acostumbrados son brutales: engaños, amenazas y, llegado
el caso, tiros. Esa es la forma mediante la cual muchos empresarios se apoderan
de las tierras, con anuencia oficial.
Siempre que nadie se resista: a fines del 2015, hombres y
mujeres se pararon frente a las topadoras e impidieron que el personal de
continúe desmontando tierras que no les pertenecen. “Esperamos dos años que la
justicia haga algo... la comunidad dijo basta y se puso firme ante las topadoras,
que pretendían arrasar las 4.000 hectáreas de monte nativo, donde viven 60
familias”, explica Gustavo Vassallo, militante del Mocase, presente en el lugar
donde se está llevando a cabo esta lucha. El dirigente explica que “Canido
lleva desmontadas ya 500 hectáreas y quema carbón en 18 hornos, todo de manera
ilegal, ya que su permiso para realizar tareas agroganaderas, otorgado por la
Dirección Provincial de Bosques, está suspendido por las denuncias que hicimos
nosotros. Este conflicto viene desde hace rato”. Su nombre está escrito en el
cartel donde se anuncia un “plan productivo ganadero”.
El año pasado, en el Lote 5, cerca de Bajo Hondo, una
situación violenta quedó registrada en video: personas que –denuncian los
campesinos– respondían a Canido dispararon sus armas sin importarle la
presencia policial. Las primeras denuncias son de 2004 y a lo largo de estos
años se repitieron en distintos puntos no sólo de Santiago del Estero, sino
también de Jujuy y Salta. Sin embargo, en las últimas semanas, las bandas
armadas incrementaron su proceder impune. “La Dirección de Bosques y Fauna y
del Comité de Emergencia de la provincia constató que, aunque no tienen
permiso, hay topadoras y hornos, que ahora están parados por presión de la
organización. Saben que hay gente armada que responde a Canido. Cuentan con
complicidad policial. A pesar de que están vigilando, se llevaron leña y
carbón”, apunta Angel Strapazzon, referente histórico de la organización.
Siempre de acuerdo con el Mocase, los grupos armados son dirigidos por un
hombre de 51 años domiciliado en Quimilí: su nombre es Ladislao Laszlo “Lachi”
Letonai y se apartó por un tiempo de la visibilidad luego del episodio Lote 5.
De esta manera, Manaos pasa a estar en boca de muchas más
personas. Esta vez no es por los famosos que aparecen en las publicidades o por
el tono canchero con el que responden a los comentarios en las redes sociales.
Su nombre aparece por una grave denuncia. Veintitrés quiso conocer la visión de
la empresa al respecto. Primero, dijeron no estar al tanto. Luego, pidieron
efectuar por mail la consulta, que no obtuvo respuesta. Recientemente, Walter Omar Canido, sobrino de
Orlando, dio una entrevista radial en donde informó que la firma tiene hoy 140
empleados y una de las plantas de producción y embotelladoras más modernas del
país. No se le preguntó por las denuncias del Mocase: “Mi tío Orlando se puso
al frente de todo, él es el artífice de a dónde se llegó. Todos pusieron su
grano de arena y el empuje”, afirmó el representante de Manaos, que no figura
en el directorio. Walter sí figura como presidente de la firmas Caladin SA y
Esgenan SA, dos sociedades anónimas conformadas con el objeto de realizar “toda
clase de operaciones inmobiliarias”. Los otros hermanos, Norberto y Orlando, y
su cuñado Carlos Alberto Trujillo, forman parte del entramado de firmas. Según
los datos de la Afip, tienen cheques rechazados por medio millón de pesos.
Orlando Eduardo, de 60 años, es la figura principal de la
firma. Fue distribuidor de otras marcas hasta que creó la suya. Figura como
vicepresidente de Refres Now SA, la razón social con la que produce Manaos.
Pese a que la firma es de Virrey del Pino, La Matanza, muchas de las empresas
en las que figura están domiciliados en Belgrano o en Almagro. En 2004, Canido
creó la firma La Omara SA, con fines inmobiliarios y de construcción. En el
rubro bebidas, cuenta también con Argentine Gaseous SA, Las Burbujas SA y Wigan
Sources SA. En el mismo domicilio de la calle Guardia Vieja donde está
registrado Refres Now hay firmas vinculadas al rubro inmobiliario, como
Socborrj SA, o a juegos de azar, como Baires Turf SA o Hípica del Oeste. Se
trata de un entramado de negocios que comienza a hacerse visible ante las
reiteradas denuncias que involucran al empresario y a su entorno.
04.02.2016
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