Los costos de acusar a Peña
Después de haber escrachado al funcionario como “gorila del
año”, Flavia Damico y su familia sufrieron amenazas de muerte. “Les dolió que
fueran ridiculizados y como manotazo de ahogado son muy rápidos en denostar la
militancia”, dijo.
“El reclamo y la protesta frente a esta gente son totalmente
necesarios”, dijo Damico a este diario.
“El reclamo y la protesta frente a esta gente son totalmente
necesarios”, dijo Damico a este diario.
Flavia Damico condecoró con una banana al jefe de Gabinete,
Marcos Peña, y lo nombró “gorila del año”. “Por hacer morir de hambre al
trabajador”, le dedicó la semana pasada la mujer, que esperó a Peña a la salida
de una de sus exposiciones que realizó en Estados Unidos para convencer a
inversores de que en Argentina está todo bien. Desde entonces, Flavia Damico
está sufriendo amenazas, ataques a través de las en redes sociales, artículos
periodísticos difamatorios en su tierra natal. “Me esperaba el circo mediático,
pero el reclamo y la protesta frente a esta gente es totalmente necesario”,
aseguró en diálogo con este diario.
“Más que enojada estoy frustrada”, cuenta la anticuaria que
vive en Connecticut junto a su esposo y su hija desde hace varios años, pero
que no se fue “del todo” de Argentina, dice. De hecho, estuvo en el país cuando
las manifestaciones populares de diciembre pasado contra el recorte jubilatorio
que el Gobierno, a fuerza de represión en la calle y presión en el Congreso,
consiguió aprobar. “La protesta y el reclamo son totalmente necesarios frente a
un Gobierno como éste. Nos molieron a palos en diciembre cuando protestamos por
el recorte a las jubilaciones pero igual pasó. Me molestó mucho cuando vetaron
la ley antiajuste –en referencia a la ley que frenaba los tarifazos–, me
molesta porque hablan de democracia y después palo y veto. ¿La democracia dónde
está?”, se pregunta durante el diálogo telefónico con PáginaI12.
Esa mezcla de sensaciones, dice, fue lo que la empujó a
viajar más de dos horas en tren desde la ciudad en donde reside hasta Nueva
York. “Sabía dónde iba a estar Peña por una nota que salió en un diario de
acá”, contó. Esperó a que Peña terminara su exposición y se retirara para
realizar la performance de protesta. Se acercó simulando que quería una foto
con él, rescató de su cartera una banana y se la entregó a modo de premio. “El
gorila del año”, le ofreció la condecoración, “por haber vetado la ley
antiajuste, por hacer morir de hambre al trabajador”. “El premio Gorila del año
lleváselo a Macri”, le propuso al jefe de Gabinete antes de que subiera al auto
oficial. Un amigo suyo, que vive en Nueva York y la acompañó, filmó todo. El
video se viralizó.
“Ojalá no hubiera tenido que ir”, se lamenta, aunque asegura
que sintió “la necesidad de decirle lo que le dice el pueblo desde hace mucho y
se niega a escuchar. El Gobierno de Macri no sabe escuchar”, insistió. Las
consecuencias de su escrache no tardaron el llegar y, aunque dijo estar
“preparada al circo mediático de los medios hegemónicos”, ayer se la escuchó un
tanto preocupada.
Una foto de ella junto a su marido y su hija circuló por
diarios y canales de televisión –por caso, América TV–. La imagen los muestra
sosteniendo un cartel en apoyo a Cristina Kirchner firmado como “Provincia 25
U.S.A.”. En un artículo publicado en el portal Infobae se la acusó de ser
responsable junto a “nacionalistas catalanes radicalizados” de las protestas
que recibió durante su entrenamiento en Barcelona la Selección Argentina para
que no jugara el partido amistoso con Israel en Jerusalén. La información la
replicó luego el diario La Nación.
“Me están acusando de terrorista, me involucran con una
supuesta agrupación kirchnerista liderada por un tal Firmenich –el artículo
menciona a Facundo Firmenich, hijo del líder de Montoneros– y ponen una foto
mía y de mi hija sin la cara blurreada. La agrupación a la que hacen referencia
es un programa de Gobierno”, desmintió Damico. También desmintió acusaciones
que recibió por Twitter de ser una militante rentada. “Nunca cobré por militar,
de hecho no integro ninguna agrupación. Soy orgullosamente kirchnerista
autoconvocada”, explicó. El domingo se enteró de que su perfil en esa red
social había sido clonado: misma foto de perfil, mismo avatar, incluso videos
de su hija en una cuenta “falsa en la que insulto, maltrato a la gente, soy
agresiva, nada que ver”.
Los ataques no solo llegaron desde Twitter. Damico recibió
dos amenazas a través del servicio de mensajería de Facebook. En una de ellas,
Pablo Sergio Agüero, que se presenta como militante catamarqueño del POR, le
habla de una de las fotos que ella tiene en su muro de la red social con su
hija: “5 años tiene no??? JuJU... Seguí jetoneando conchuda... después vas a
llorar cuando desaparezca”. La otra proviene del usuario “Quién da mas Zárate”:
“Estás muerta y tus hijos”, le dedicaron. “Creo que agité el avispero”,
reflexiona. “Les dolió que fueran ridiculizados en cuestión de segundos y como
manotazo de ahogado son muy rápidos en esto de denostar la militancia. Nunca
oculté que soy kirchnerista pero ante todo soy una ciudadana argentina que
tiene el derecho de protestar esté donde esté.”
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