17 AGOSTO, 2017
Wang Enlin, un granjero de 60 años, estudió Derecho de forma
autodidacta durante 16 años para presentar una demanda contra una corporación
estatal que contaminó con vertidos químicos sus terrenos cerca de la ciudad de
Qiqihar, en el noreste de China.
Wang, que tiene unos 60 años y solo fue a la escuela tres
años, asegura que en 2001 estaba jugando a las cartas con sus vecinos cuando
unos vertidos de la planta de cloruro de polivinilo, perteneciente de la
corporación estatal Qihua Group, inundaron la casa en la que se encontraban y
la parcela del hombre.
El derrame tóxico impedió a los agricultores locales
cosechar sus cultivos durante varios años e hizo que Wang se decidiera a luchar
por el medio ambiente y por el futuro de sus vecinos. El hombre presentó una
denuncia ante las autoridades locales, pero cuando le pidieron que presentara
pruebas legales de la contaminación, Wang entendió que necesitaba una base
jurídica para su demanda.
“Sabía que tenía razón, pero no sabía qué ley ha infringido
la otra parte ni como conseguir las pruebas”, asegura el hombre. Como no tenía
dinero para comprar libros, Wang pagaba con sacos de maíz a una librería para
que le dejaran consultar sus libros y copiar a mano la información jurídica que
necesitaba.
A pesar de las dificultades y pese a que las cortes locales
retrasaron el proceso durante años, Wang logró finalmente presentar su demanda
en 2015. La corte del distrito Angangxi falló en contra de Qihua Group,
dictaminando una indemnización de 120.000 dólares para Wang y sus vecinos. De
ese modo el granjero ganó su primera batalla legal contra la corporación. Sin
embargo, la empresa está preparando un recurso y Wang y sus vecinos tendrán que
seguir con su lucha.
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