En junio comienza el
primer juicio
En los años ´70, las condiciones
laborales para los obreros rurales del molino yerbatero eran indignas, por eso
empezaron a organizarse gremialmente. Los dueños, los Navajas Artaza, fueron
colaboracionistas de los militares y la represión fue feroz. Hay tres militares
imputados.
Desde la segunda mitad del siglo
XX, las familias del pueblo correntino de Gobernador Virasoro sufrieron las
relaciones carnales de los Navajas Artaza, dueños del establecimiento yerbatero
Las Marías, con las dictaduras militares.
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Hay tres militares imputados por
los delitos de lesa humanidad. En 2008, la Justicia imputó a Adolfo Navajas Artaza pero al
poco tiempo el juez federal Antonio Chalup lo sobreyó, en un expediente donde
se inhibieron 18 magistrados que se negaron a investigar al
empresario.
En los años ´70, las condiciones
laborales para los obreros rurales del molino yerbatero eran indignas, por eso
empezaron a organizarse gremialmente. Marcelo Peralta era yerbatero y Neris
Victoriano Pérez era tractorista del establecimiento Yerbatero Las Marías. Los
dos eran delegados gremiales de la Federación Argentina
de Trabajadores Rurales y estibadores (FATRE). Todos los trabajadores de Las
Marías se afiliaron al sindicato. “Era tan injusta la relación patrón - obrero
que las reivindicaciones no terminaban nunca. No había estándares de seguridad
y lo que decía el patrón era palabra santa, le confió a Infojus Noticias Miguel
Ángel Argüello, un ex vecino de Virasoro y militante de Derechos Humanos.
La organización sindical
molestaba mucho a los Navajas Artazas. “Las órdenes del patrón se respetaban
siempre, pero cuando empezó la lucha por las reivindicaciones laborales las
cosas cambiaron”, contó Argüello. Los empresarios temían no llegar con los
tiempos de las cosechas de té y yerbamate y no les gustaba el protagonismo de
los obreros.
El 7 de junio de 1977, un grupo
de tareas hizo una razzia en Virasoro. Esa noche los militares mataron a
Peralta “en su rancho”, recordó un
vecino. Fueron los mismos asesinos que sacaron a Neris de su casa en
calzoncillos y lo metieron en un Ford Falcon. Nunca más lo vieron. En la casa
se quedó su mujer y sus hijos.
El nombre de Adolfo Navajas
Artaza alias “Don Toco” es conocido en todo Corrientes. El dictador Juan Carlos
Onganía lo designó interventor federal de Corrientes, cargo que ocupó entre
1969 y 1973. También fue intendente de Gobernador Virasoro y ministro de Acción
Social durante la presidenciade facto de Reynaldo Benito Bignone. Junto a su
hermano Pablo son dueños del establecimiento Las Marías, fundado por su padre
Víctor Navajas Centeno en 1924, un año antes del nacimiento de Adolfo.
En el pueblo todavía se acuerdan
del aniversario de la muerte de Centeno, poco antes del golpe de 1976. Los
trabajadores de Las Marías organizaron una huelga. Esa fecha era importante
para los Navajas Artazas, venía un párroco y ofrecía misa para la familia
empresaria y lo vivieron como una ofensa imperdonable.
Las causas judiciales
Por los hechos de Las Marías hay
dos causas judiciales por delitos de lesa humanidad que terminaron fusionándose y se tramitan en la
ciudad de Paso de los Libres. El año pasado el establecimiento yerbatero fue
allanado por la Justicia.
En junio comenzará el juicio a
cargo del Tribunal Oral Federal de Corrientes, que está presidido por Víctor
Alonso y lo acompañan los jueces vocales Lucrecia Rojas y Fermín Ceroleni,
quienes ya condenaron con duras penas a otros represores.
Una de las causas es por la
desaparición de Neris. En 1997, su hijo Catalino Pérez, tuvo acceso a la
confesión del policía Ramón Alberto Giménez, que contó que actuó como
“entregador” en el secuestro de su padre. A partir de ese momento comenzó la
investigación en la
Justicia. En el operativo del secuestro de Neris también
participó el policía José Anchetti, asesinado tiempo después por “un capitán de
apellido Sacco”. Según Giménez, fue “por miedo de que hablara”. Sacco trabajaba
para los Navajas Artaza. Además fue interventor en Virasoro después del golpe
del 24 de marzo de 1976. El ex capitán
Juan Carlos Sacco es uno de los imputados en el juicio.
Los otros acusados son el ex
teniente Héctor Torres Queirel y el ex general Llamil Reston, quien fue
ministro del Interior y de Trabajo durante la dictadura de Rafael Videla. En marzo de 2010, el juez federal de Paso de
los Libres concluyó que Llamil “en su carácter de Comandante de la Brigada III de
Infantería de Curuzú Cuatía, se encontró a cargo de la Jefatura de la Subzona 24 en el período
comprendido entre diciembre de 1976 y
enero de 1979 por lo que su posición jerárquica
permite responsabilizarlo penalmente como autor mediato de los hechos investigados”.
La otra causa es por detenciones
ilegales a dirigentes gremiales, integrantes de la Federación de
Trabajadores Rurales y del Sindicato de Trabajadores de la industria de la Alimentación (STIA).
Las víctimas son Ramón Aguirre, Marcelo Acuña, (fallecido) Pablo Franco, Carlos
Escobar, Héctor Sena, Juan Gómez y Luis Benítez Alvez.
“Muchos sobrevivientes están
dispersos y cuesta armar una estrategia continua. Algunos siguen trabajando en
productoras de yerbamate”, dijo una fuente judicial.
“Los obreros fueron detenidos en
sus francos, en abril de 1976. Les inventaron causas. Los militares los
trasladaron a la comisaría local, pero después a otras sedes policiales”, contó
Argüello que también estuvo en la lista negra y tuvo que renunciar a su trabajo
y irse de Virasoro para no ser secuestrado.
Por la desaparición de Marcelo no
hay causa judicial. “Tal vez más adelante se abra un expediente. La familia no
hizo una presentación formal. Todavía tienen mucho miedo, ellos siguen viviendo
en Gobernador Virasoro”, dijo a Infojus Noticias latitular de la Red de Derechos Humanos de
Corrientes Hilda Presman.
El poderoso empresario Adolfo
Navajas Artaza fue imputado a principios de 2008 por la desaparición de Neris y
por el asesinato del policía Anchetti, pero esa investigación nunca prosperó.
Familiares y sobrevivientes cuestionaron al fiscal que nunca apeló. El juez
Chalup lo dejó libre de culpa y cargo un día después de ser llamado a
indagatoria por la causa que investigaba los hechos de la desaparición de Neris. “La situación fue
irregular porque fue demasiado rápido. No se sostuvo la apelación en la Cámara de Casación Penal”,
le dijeron a Infojus Noticias fuentes judiciales.
En el expediente también figura
que el cementerio privado de los Navajas Artaza fue puesto a disposición de las
fuerzas de seguridad para enterrar NN.
Desde la Comisión Provincial
de Derechos Humanos, afirmaron a Infojus Noticias que al igual que en el pueblo
jujeño de Ledesma, donde tiene su poderoso ingenio el empresario Carlos Pedro
Blaquier (hoy procesado), en Viraroso también hubo “connivencia” del empresario
con “la represión que sufrieron los sindicalistas”. Las detenciones de la
cúpula sindical se dieron con la excusa del cumplimiento de la Ley 13.985 de sabotaje
industrial argumentaban boicots para imputar a los trabajadores.
A pesar de las presiones de
la empresa, que se define como “ética
ante todo” desde los organismos de Derechos Humanos solicitan la
"desclasificación de los archivos" de las policías provinciales y en
Corrientes el "juzgamiento a la complicidad civil y empresarial como el
caso del establecimiento Las Marías y su responsable Navajas Artaza".
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