BY EQUIPO EDITORIAL APC –
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RAUL ZIBECHI / LA JORNADA –
Hasta ahora, las comunicaciones de Internet en la región
sufren una dependencia casi increíble. Un mail enviado entre dos ciudades
limítrofes de Brasil y Perú, por ejemplo entre Rio Branco, capital de Acre, y
Puerto Maldonado, va hasta Brasilia, sale por Fortaleza en cable submarino,
ingresa a Estados Unidos por Miami, llega a California para descender por el
Pacífico hasta Lima y seguir viaje hasta Puerto Maldonado, a escasos 300 kilómetros de
donde partió. Sobre esta base es imposible hablar de soberanía y de
integración.
El anillo de fibra óptica tendrá una extensión de 10 mil
kilómetros y será gestionado por las empresas estatales de cada país para que
las comunicaciones sean más seguras y baratas. Para el Ministerio de
Comunicaciones de Brasil, que gestó el proyecto, el anillo disminuye la
vulnerabilidad que tenemos en caso de atentados, así como en cuanto al secreto
de los datos oficiales y militares. Hasta hoy, 80 por ciento del tráfico
internacional de datos de América Latina pasa por Estados Unidos, el doble que
Asia y cuatro veces el porcentaje de Europa (Valor,28 de noviembre).
El ministro brasileño Paulo Bernardo dijo que el anillo
estará concluido en dos años y que los costos actuales de Internet en América
del Sur son tres veces mayores que los que se pagan en Estados Unidos. Para que
los 12 países tengan un acceso igualitario a los flujos que se incrementarán
por la conexión de nuevos cables submarinos, Bernardo adelantó la creación de
puntos de intercambio de tráfico en las fronteras, de los que podrán colgarse
las empresas. Para Brasil, el costo total del proyecto es de apenas 100 millones
de dólares
Además de las decisiones de ambas reuniones de Unasur,
Brasil decidió llevar a Naciones Unidas su negociación para la democratización
de Internet, que está en manos de empresas estadunidenses. El embajador Tovar
da Silva Nunes dijo el martes pasado que la gestión de los flujos de
información no es inclusiva, no es segura, no es justa ni deseable.
El Cosiplan decidió impulsar 31 proyectos de infraestructura
para 2012-2022, con un costo de 14 mil millones de dólares. Los cuatro más
importantes son: corredor ferroviario entre los puertos de Paranagua (Brasil) y
Antofagasta (Chile), con un costo de 3 mil 700 millones de dólares; carretera
Caracas-Bogotá-Buenaventura-Quito, o sea, con salida al Pacífico, con un costo
de 3 mil 350 millones de dólares; ferrocarril bioceánico Santos-Arica, trecho
boliviano, que costará 3 mil 100 millones, y la carretera Callao-La
Oroya-Pucallpa, que costará 2 mil 500 millones de dólares. En su mayor parte
serán financiados por el BNDES de Brasil, pero podrán participar el Bandes de Venezuela,
el Banco de Inversión y Comercio Exterior de Argentina y el regional Banco del
Sur.
Todas estas obras forman parte del proyecto IIRSA
(Iniciativa para la
Integración de la Infraestructura Regional
Sudamericana), y están siendo contestadas por los pueblos, como sucedió en
Bolivia con la carretera del TIPNIS y en Perú con las hidroeléctricas. La
conversión de la región en potencia global, de la mano de Brasil, se procesará
con un aumento de la explotación de los recursos naturales y de las personas.
Es el mismo camino que antes recorrieron los países del norte y luego los
emergentes.
Hay muchas más novedades en esta región. La reunión del
Consejo de Defensa de la Unasur ,
realizada en Lima el 11 de noviembre, acordó 26 acciones en el contexto del plan
de acción 2012 para la integración en materia de defensa y la creación de una
agencia espacial regional. Argentina quedó encargada de poner en marcha la
fabricación de un avión de entrenamiento para la formación de pilotos, en cuyo
proceso participarán Ecuador, Venezuela, Perú y Brasil. Cada país fabricará
partes que luego serán ensambladas en un lugar a determinar. Brasil, por su
parte, quedó al frente del proyecto de avión no tripulado para la vigilancia de
fronteras.
La región sigue así los pasos del acuerdo estratégico de
defensa suscrito el 5 de septiembre entre Argentina y Brasil, que se plasma por
ahora en la fabricación del carguero militar KC-390, diseñado por la empresa
aeronáutica Embraer, en Brasil, que contará con piezas fabricadas en Córdoba,
Argentina, con una inversión conjunta de mil millones de dólares, en la
fabricación conjunta de vehículos de transporte y blindados, y la cooperación
de las industrias navales y aeroespacial, y en el área de la ciberdefensa.
Es la primera vez que se toman este tipo de decisiones en el
ex patio trasero de Washington. Además, y este dato no es menor, el proyecto
del anillo de fibra óptica fue pergeñado en Bogotá por el ministro brasileño
Bernardo; María Emma Mejía, la persona designada por Juan Manuel Santos para
presidir la Unasur ,
y el presidente del BID, Luis Alberto Moreno, amigo personal del banquero Luis
Carlos Sarmiento, el hombre más rico de Colombia, partidario de firmar un TLC
con Brasil y de asociar las bolsas de valores de ambos países.
Eso puede explicar las intempestivas declaraciones de Álvaro
Uribe contra las buenas relaciones colombo-venezolanas y el artículo de Roger
Noriega en InterAmerican Security Watch, quien llamó a su país a preparase para
una intervención militar en Venezuela, donde Estados Unidos compra 10 por
ciento de su petróleo (9 de noviembre). Es evidente que el imperio en
decadencia no va a contemplar pasivamente cómo pierde el control de la región
sudamericana.
Unasur aprobó un importante proyecto estratégico que
comienza a desatar los lazos de dependencia con Estados Unidos: la creación de
un mega-anillo de fibra óptica
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