Hace 40 años el dólar perdió su respaldo oro
Fernando Del Corro
Exactamente 40
años atrás el dólar estadounidense, la última de las monedas de reserva
mundial acordada en el tratado de Bretton Woods, dejó de tener respaldo
oro ante la decisión anunciada por el entonces presidente de los
Estados Unidos de América, Richard Milhaus Nixon, frente a la crisis que
vivía el país tras la derrota en Vietnam y la política monetaria
impulsada por el presidente de Francia, Charles De Gaulle.
El 15 de
agosto de 1971 Nixon anunció oficialmente el fin del sistema de patrón
oro en la política monetaria internacional, acordado en la conferencia
de Bretton Woods (New Hampshire, EUA), entre el primero y el 22 de julio
de 1944, cuando se acercaba el fin de la Segunda Guerra Mundial, y
mediante el cual dos monedas de reserva con respaldo metálico, el
referido dólar y la libra esterlina del Reino Unido, se convertían en el
eje de todas las transacciones internacionales.
Esa noche de
mediados de agosto, tras haberse asesorado con el secretario del Tesoro,
John Connally, y con el subsecretario de Asuntos Monetarios, Paul A.
Volcker y algunos otros colaboradores, Nixon hizo saber al mundo que de
ahí en más la moneda estadounidense iba a flotar libremente,
convirtiéndose tan sólo en un activo fiduciario, lo que provocó el
pánico en todo el mundo que veía como el todopoderoso país que en 1896
se había convertido en la primera economía planetaria comenzaba a hacer
agua.
En el pueblo
rural de Bretton Woods 27 años antes se habían reunido 730
representantes de 44 países en la sede del Hotel Mount Washington, entre
los que se contaron personajes tan notables como John Maynard Keynes,
en representación del RU, Harry Dexter White, por los EUA, y Henry
Morgenthau, por Noruega, mientras entre otros latinoamericanos participó
el mexicano Víctor Urquidi, en tanto la Argentina se mantuvo al margen
de todo ello hasta agosto de 1956 cuando la incorporó la golpista
“Revolución Libertadora” bajo la gestión de Pedro Eugenio Aramburu.
Fue de allí
que surgieron el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF,
comúnmente llamado Banco Mundial) y el Fondo Monetario Internacional
(FMI), a cuya adhesión se negó a lo largo de todo su gobierno el
presidente Juan Domingo Perón como ya lo había hecho, bajo la
inspiración de éste, su antecesor, Edelmiro Julián Farrell.
El sistema de
“cambio patrón oro” de Bretton Woods no pudo seguir mucho tiempo como
tal ya que el 19 de septiembre de 1949, bajo el gobierno del laborista
Clement Attle el Reino Unido devaluó su moneda alrededor de un 40 por
ciento y abandonó la convertibilidad metálica dejando sólo al dólar
estadounidense como referente de aquellos acuerdos, aunque hubo países
que siguieron con su propia moneda respaldada en oro como Suiza, durante
algunas décadas más.
Pero las
políticas militaristas de los EUA tenían su costo y éste se fue
acrecentando con el tiempo generando fuertes déficits fiscales, como
sucede hoy mismo lo que lo han convertido en el país más endeudado del
mundo al adicionar a las erogaciones bélicas un consumismo generador de
saldos de intercambio comercial crecientemente negativos todo lo cual ha
venido siendo sostenido con la emisión de títulos del Tesoro que hoy
están en poder de China, Japón, el Reino Unido, Arabia Saudita, Corea
del Sur, el Brasil y otros países acreedores de la primera potencia
mundial.
La guerra de
Vietnam, entre 1964 y 1975, en la que los EUA fueron derrotados, causó
en su momento grandes desajustes como hoy sucede con las ocupaciones de
Irak y Afganistán y el mantenimiento de unas 800 bases militares en todo
el mundo y a ello se sumó que el general Charles De Gaulle lanzó su
propuesta de restablecimiento del patrón oro y Francia comenzó a cambiar
todas sus reservas monetarias por ese metal castigando las tenencias
del mismo que los EUA poseían en Forth Knox, cosa que continuó aún
después de que De Gaulle dejase la presidencia en 1969.
Así fue como
las reservas de oro estadounidenses bajaron de 20.000 a 8.000 toneladas y
aún esta cifra estaba puesta en dudas por algunos economistas como Henry
Hazlitt, que pedía la devaluación del dólar, algo compartido por el
Premio Nobel Paul Samuelson, quién recomendó esa medida durante la
semana previa a la decisión de Nixon, pero el presidente pidió consejo a
Milton Friedman, el famoso monetarista, quién le recomendó abandonar el
compromiso de Bretton Woods.
Consejo de
Friedman en mano, Nixon conversó con Connally, Volcker y otros de su
gobierno y en la noche del 16 de agosto de 1971 le hizo saber al mundo
que los EUA no iban a seguir entregando sus reservas metálicas para que
le devolviesen su papel moneda, así la convertibilidad oro-dólar
estadounidense se terminó y éste, cuyo nombre está heredado del viejo
thollar vikingo, se mantuvo a lo largo de cuatro décadas como una moneda
sostenida en la credibilidad social de la solvencia del país, hoy
puesta seriamente en dudas.
- Fernando Del Corro es periodista; profesor de Historia por la
Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la Universidad de Buenos Aires
(UBA); docente en la Facultad de Ciencias Económicas (FCE) de la UBA.
Fuente:http://alainet.org/active/48720&lang=es
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