” El Cordobazo fue una rebelión
obrera y popular [...] surgió de la clase obrera y del pueblo. Lo esencial del
Cordobazo es que surge de los trabajadores y de los estudiantes y que ellos por
sus convicciones salen a la calle a luchar”. (Agustín tosco sobre el
Cordobazo).
Este 29 de mayo se conmemoran 43
años de una de las páginas más gloriosas de la clase obrera argentina, tal vez
el pico más alto al que ha llegado en su lucha contra la burguesía. El
Cordobazo. Este tuvo alcances de rebelión popular, al ocupar la ciudad, las masas
movilizadas imponían las “leyes y el orden” y el aparato del Estado se vio
reducido a un mínimo grado de expresión, al ser superadas y rebasadas las
fuerzas de la represión.
En el país, con una estructura
económico-social capitalista, profundamente dependiente del imperialismo, se
vivían las contradicciones propias del sistema de explotación, que se
agudizaron producto de la política de la dictadura militar: entrega abierta del
patrimonio nacional a los monopolios imperialistas, y ajuste permanente a los trabajadores
y demás sectores populares. En 1967 el salario real había descendido un 2,1% y
en 1968 un 5,1%.
La dictadura de Onganía aplicaba
en lo ideológico una política oscurantista, entre sus primeras medidas llevó a
cabo la intervención de las Universidades Nacionales (La Noche de los Bastones
Largos). Todo ello acompañado de una política de represión a las luchas obreras
y populares.
En lo que respecta a los factores
subjetivos podemos señalar la existencia de un movimiento obrero,
mayoritariamente peronista, que venia de la experiencia de la Resistencia , y tenia
como norte la lucha por el derrocamiento de la dictadura para permitir el
regreso de su líder. Dirigentes, militantes, activistas e importantes sectores
de masas que venían haciendo una experiencia que en concreto los llevaba a
enfrentarse con la mayoría de su conducción política y sindical por la
conciliación de ésta con la dictadura.
En ese contexto la influencia
ideológica y política de la Revolución Cubana y de Ernesto Che Guevara, va
dando origen, frente al vacío dejado por la política reformista de la fuerza
principal de esos tiempos de la izquierda, el Partido Comunista, al surgimiento
de otros destacamentos revolucionarios, algunos que venían construyéndose desde
tiempo atrás y otros que dan en estos días sus primeros pasos.
La efervescencia que recorría
toda la geografía nacional, sumado a la particularidad de Córdoba donde el
sindicalismo clasista y combativo, compartía sus acciones con el conjunto del
movimiento popular y principalmente con el movimiento estudiantil, generaron
una importante toma de conciencia de las masas en el sentido de que para
obtener la satisfacción de sus reivindicaciones concretas había que enfrentar y
derrotar a la dictadura.
En el Cordobazo se combinaron los
factores de la lucha reivindicativa económica con las reivindicaciones
políticas, no fue una acción marcada por el espontaneísmo, como
malintencionadamente dicen algunos autores. El Cordobazo es heredero de las más
ricas luchas del movimiento obrero.
Antecedentes
En ese entonces el movimiento
obrero organizado contaba con dos expresiones, por un lado el
“participacionismo”, y por el otro la expresión combativa en la CGT de los Argentinos con
Raimundo Ongaro como Secretario General, con la adhesión en varuas regionales
del interior. En Córdoba se expresaban, el Sindicalismo de Liberación que
lideraba Agustín Tosco y Atilio López, de extracción peronista, Secretario
General de la UTA ,
junto con la aparición de otras corrientes del sindicalismo clasista y combativo,
que se manifiesta en las comisiones internas, y agrupaciones que tomarán forma
recién después del Cordobazo en las direcciones del SITRAC, SITRAM y el SMATA,
que lideraba René Salamanca.
En el Cordobazo la dirección del proletariado
se basó en la existencia de este importante movimiento sindical clasista y
combativo, desde allí, a partir de una fuerza objetiva, se dio la unidad de
acción con el sindicalismo tradicional, denominado entonces
“participacionista”, enrolado en la
CGT de Azopardo. El proletariado industrial ocupó el lugar
más destacado, haciendo valer su orden y disciplina, organizado en las fábricas
de los alrededores de la ciudad (IKA Renault, FIAT, etc.) que marchando en forma
sincronizada hacia el centro, hizo retroceder a su paso a las fuerzas de la
represión.
El ambiente se iba calentando.
Tres años antes, el 7 de septiembre de 1966, en Córdoba, en una movilización
estudiantil, es herido Santiago Pampillón, estudiante y obrero, quien fallece
días después. En 1969 crecían las luchas por reivindicaciones especificas de
las masas y contra la dictadura, tales como las de Villa Ocampo (Santa Fe) y de
los trabajadores azucareros de Tucumán, donde muere Hilda Guerrero de Molina.
El 14 de mayo del 69, en
Corrientes, en el marco del reclamo contra la privatización del comedor
universitario, cae asesinado a manos de la policía el estudiante de medicina
Juan José Cabral. El 16, en Rosario, una movilización de repudio es reprimida
ferozmente produciéndose la muerte del estudiante Adolfo Bello, hecho que
desemboca en la jornada del 21, conocida como el Rosariazo, donde muere el
joven ayudante metalúrgico Luis Blanco.
Lucha en las calles, lucha de clases
En Córdoba los acontecimientos se
suceden vertiginosamente. El 14 de mayo de 69, se reúnen por separado –con un
acuerdo previo- las dos CGT y declaran medidas de fuerza en común. En una
combativa y masiva asamblea del SMATA, conducida por Elpidio Torres, exponente
del sindicalismo conciliador, “vandorista”, se produce un choque entre los
obreros con la policía. El 15 de mayo se cumple con un gran acatamiento el paro
decretado por la UOM ,
gremio también en manos de los “participacionistas”, del mismo modo que el del
16 resuelto por varios gremios y ambas CGT.
Ante la presión de las bases se
llega a la convocatoria al paro del 30 de mayo por parte de la CGT nacional, regionalmente en
Córdoba, de acuerdo a lo resuelto por los plenarios de ambas CGT, éste
comenzaría un día antes, y se extendería por 36 h, contra la anulación de la
conquista del sábado ingles, contra el alza de las tarifas del transporte y de
los artículos de primera necesidad, por la libertad de los presos políticos y
sociales, la derogación de la legislación represiva y por vuelta al régimen
constitucional.
El factor unidad fue lo que primó
para que las dos CGT trabajaran juntas por el cese de actividades el día 29 a las 10 de la mañana, y
marchar para un acto en el centro de Córdoba. Todo estaba coordinado y
planificado, como los correos, que montaban motos y motonetas llevando y
trayendo información de las distintas columnas, y actos relámpago, cuyo centro
de coordinación estaba a cargo de Atilio López.
Se plegaron desde el principio a
la organización del acto los 150 Centros Vecinales, la Coordinadora de los
Barrios (compuesta por vecinos, centros vecinales, partidos políticos,
estudiantes, gremios, parroquias, clubes, etc.) y organizaciones estudiantiles.
Ese día, a poco de comenzar la marcha, las columnas del SMATA rechazan por dos
veces consecutivas primero a la policía de la provincia y después a la federal.
Eran más de 4.000 trabajadores, junto a los integrantes del barrio de Santa
Isabel.
Es más conocido lo que pasa
luego: estalla la bronca ante el asesinato del Máximo Mena, el combate popular
gana la cuidad, principalmente en el centro y en los barrios estudiantiles como
el Clínicas, la policía se ve totalmente superada y se debe recurrir al
ejército. Recién al día siguiente este pudo volver a controlar la situación.
Ejemplo clasista y combativo
El Cordobazo no fue un movimiento
espontáneo, como lo demuestra el hecho de la planificación de las líneas
generales de la acción esbozadas, por ejemplo en lo referente a las
autodefensas de las masas, por sus principales exponentes: Tosco, López,
Canelles y las organizaciones políticas de izquierda. Justo es señalar
nuevamente que tampoco hubiera podido ser protagonizado solamente por los
sectores combativos, sin la unidad de acción con una parte del sindicalismo
conciliador, sobre la base de la independencia política y de una correlación de
fuerzas importante.
Si bien el movimiento obrero y
popular no contaba con un proyecto y una dirección unificada que pudiera
terciar en el medio de la crisis por una salida proletaria, ya que entre otras
cuestiones no existía una organización revolucionaria madura y asentada (o al
menos la coordinación efectiva de los distintos destacamentos), el Cordobazo
hirió de muerte a la dictadura de Ongania y se constituyó en un punto de
inflexión de las luchas obreras y populares, pudiéndose ubicar sin lugar a
dudas como el hecho que dio impulso a la lucha revolucionaria de las masas en
la década del ’70 y que fuera abortada
por la dictadura militar genocida del ’76, con el saldo de 30 mil
compañeros/as detenidos desaparecidos.
Este 29 de mayo recordamos las
enseñazas que nos dejó esta rebelión popular, para tenerlas en cuenta en la
reconstrucción de otro sindicalismo. Rescatamos la importancia del proletariado
industrial en el proceso revolucionario, sintetizado en la capacidad de
acaudillar el conjunto de la lucha obrera y popular. Nos afirmamos en la
necesidad de seguir el ejemplo de las corrientes clasistas y combativas que
conducían los sindicatos y las masas, en algunos casos al margen de las orgánicas,
con formas alternativas a la burocracia tradicional (CGT de los Argentinos,
SITRAC-SITRAM, Interfabriles, Intersindicales, etc.), que no les pedían permiso
a éstas ni a ninguna fracción de la burguesía para luchar. Aportar en esta
dirección es el mejor homenaje que le podemos rendir a quienes forjaron el
Cordobazo.
Porque, como dijera el Gringo
Tosco: “El Cordobazo en la expresión militante del más alto nivel cuantitativo
y cualitativo de la toma de conciencia de un pueblo, en relación a que esta
oprimido y a que quiere liberarse para construir una vida mejor, porque se sabe
que puede vivirla y se lo impiden quienes especulan y se benefician con su
postergación y su frustración de todos los días”.
Publicado:FM Universo 94.3 MHz.
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