Fue propiedad de un músico llamado Fernando Ortiz (de quien
recibió el nombre), quien lo adoptó a corta edad y que lo llevó consigo a sus
funciones y otros conciertos, lugares donde la gente empezó a tomarle cariño.
Se comentaba que Fernando tenía buen oído para la música, y muchas veces la
crítica del espectáculo al día siguiente dependía de las reacciones que había
tenido el perro.
EL PERRO FERNANDO
Era un perrito blanco, chico, que en 1951 entró al bar “Los
Bancos”, frente a la plaza y se acercó a Fernando Ortiz, cantor de una
orquesta, a quien luego siguió hasta el hotel Colón, donde vivía. Amaneció bajo
su cama. El perro pasó a dormir detrás del piano donde tocaba y no se separaba
de él. En una reunión de artistas se sentó junto a Ortiz y entonces los músicos
y mozos le pusieron su nombre, “Fernando”.
Fernando |
Le gustaban los picantes y el azúcar. En la amistad era como
los humanos. Tenía amigos en todos lados, pero los elegía. Desayunaba café con
leche y medialunas con el gerente del Banco Nación. Comía en “El Madrileño”,
junto al Sorocabana. La siesta la hacía en casa del doctor Reggiardo o en el
Club Progreso. Por la noche recorría lugares y se acercaba allí a donde hubiera
música. Visitaba el atelier de un gran
pintor, René Brusseau o el del escultor Víctor Marchese, autor de la figura
colocada sobre su tumba, en la puerta del Fogón de los Arrieros, lugar que
visitaba asiduamente. También asistía a las actuaciones del Coro Polifónico,
dirigido por Yolanda Perenno de Elizondo, entrando por el acceso de los
artistas. En cada campaña de vacunación tenía la chapa número.
Estatua de Fernando -frente a Casa de Gobierno |
Este peculiar perro que desayunaba café con leche
y medialunas con el gerente del Banco Nación, por la noche se acercaba a
aquellos lugares en los que se escuchaba música.Al parecer, no había
espectáculo al que faltara, destacándose su gran oído musical, ya que si notaba
que algún músico fallaba una nota, en seguida ladraba para hacerle notar su
error.Fue amigo también del artista plástico, René Brusseau y el del escultor
Víctor Marchese. Este último esculpió la figura que fuera más tarde colocada
frente a la casa de gobierno.Pero, más que nada, era el perro de Resistencia,
conocido y querido por todos. Por ello, al morir el 28 de mayo de 1963,
fue homenajeado con una ceremonia a la que asistió gran parte del pueblo de
Resistencia y en la que la
Banda Municipal ejecutó una marcha fúnebre.Fernando tiene dos
esculturas en Resistencia, una en la puerta del Fogón de los Arrieros donde fue
sepultado, y otra en frente de la casa de gobierno. Músicos y poetas le han
dedicado sus letras, y no hay nadie en Resistencia que no lo recuerde con
cariño y orgullo.
Publicado:FM Universo 94.3-Ramon A.Bohle-Edid A. Medina
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