La Masacre de Tenango
y Guadalupe
El pasado sábado 23 de
febrero, en la comunidad de Tenango, del municipio de Suchitoto, se realizó una
conmemoración muy especial, se recordó a más de 250 víctimas que murieron en
una masacre que realizó el ejército hace 25 años.
La conmemoración se realizó
en el mismo lugar donde ocurrieron los sangrientos hechos, un 28 de febrero de
1983, aquí se hicieron presentes más de 400 personas, entre las que se
encontraban familiares, amigos de las víctimas, sobrevivientes, miembros de
comunidades religiosas y estudiantes de la Universidad de El
Salvador.
En el acto se escucharon
dolorosos testimonios de los sobrevivientes, se pasaron unos videos y hubo
participación de grupos musicales, ya entrada la noche se realizó una procesión
de farolitos por los alrededores de la comunidad y posteriormente se realizó
una misa oficiada por el sacerdote Rutilio Sánchez, mejor conocido como Padre
Tilo, luego se continuó con una vigilia.
De esta manera se recordó lo
ocurrido aquel 28 de febrero de 1983, cuando el ejército, en el marco de una
gran operación militar llamada “Guazapa 10” asesinó a más de 250 personas entre
los que habían niños, mujeres y ancianos.
Una parte de los asesinados
procedían de las zonas del cerro de Guazapa y otros eran residentes del lugar
de Tenango y Guadalupe. Esto sucedió cuando estos civiles trataban de huir del
operativo con rumbo a una zona del departamento de Cabañas.
En el operativo militar
participaban diferentes unidades del ejército, entre las que se encontraba el
tenebroso Batallón Atlacatl, especialista en operaciones de contrainsurgencia,
conocidas como “tierra arrasada” y que en años pasados había participado en
este tipo de acciones como la masacre del Mozote, ocurrida en Morazán, el 11 de
diciembre de 1981.
Según relatos de los
sobrevivientes de Tenango y Guadalupe, esta operación militar fue dirigida
específicamente contra la población civil indefensa cuya tabla de salvación era
llegar hasta la zona de Cinquera, conocida en aquella época como “Radiola”,
pero en la huida fueron detectadas aquellos cientos de personas que en un
primer momento fueron atacados con fuego de artillería y posteriormente
sufrieron un bombardeo aéreo.
Para el 28 de febrero, los
soldados cercaron las filas de civiles que huían y comenzaron a dispararles a
los que se corrían, muchos fueron capturados y posteriormente asesinados a
sangre fría.La joven Yanira Reinado, es una de las sobrevivientes de la masacre
Tenango y Guadalupe, en aquel tiempo ella tenía apenas cinco años, pero tiene
fresca en su memoria muchos de lo que sufrieron, sus padres y dos hermanos,
aquel fatídico día.
Yanira cuenta que ellos
vivían en Tenango y recuerda haber visto la gran cantidad de personas que
llegaban de otros lugares y que iban en “guinda” huyendo de los soldados.
Ella y su familia se sumaron
a los centenares de campesinos que huían y tiene muy viva en su memoria cuando
los aviones les bombardeaban y su madre se tiraba sobre el cuerpecito de su
hija de nueve meses para protegerla y evitar fuera alcanzada por las esquirlas
de las bombas.
En un momento de calma el
padre de Yanira, separó a la familia del grupo de gente que corría horrorizada
y así lograron salvar la vida, ya que dice los bombazos caían donde se
encontraba las grandes concentraciones de personas.
Yanira rememora que andaba
sin zapatos y en la angustiante carrera no sentía las piedras y espinas del
camino.Esta joven superviviente recuerda que llegaron a lo alto del cerro
Guadalupe y de ahí podían ver como los aviones “vomitaban fuego” sobre los
indefensos campesinos, luego siguieron camino hacia Radio la encontrándose con
personas que en improvisadas hamacas llevan a niños heridos y quemados.
Lograron sobrevivir gracias a
la astucia del padre de apartarse de las grandes concentraciones de personas.Después
de este dramático episodio, Yanira y su familia se fueron a la conflictiva zona
de Chalatenango, donde vivieron muchos años en una forma nómada huyendo de los
operativos militares, hasta que se asentaron en una de las repoblaciones de la
zona donde aún viven su familiares
Yanira ha logrado superar los
traumas de la guerra, estudió hasta donde pudo en su lugar de residencia y
actualmente cursa la carrera de arquitectura en la Universidad
Centroamericana José Simeón Cañas(UCA).
Ella, al igual que muchos
sobrevivientes regresaron el 23 de febrero a Tenango para rendir tributo a sus
mártires y recordar esos momentos tristes y dolorosos de un pueblo que no
olvida y que espera pacientemente porque algún día en el país haya una
verdadera paz, pero con justicia.
Esta es la importancia de la
memoria histórica, recordar para que estos trágicos y sangrientos hechos no
vuelvan a ocurrir jamás.
Publicacion:FM Universo 94.3-Ramon A.Bohle-Edid A. Medina
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