Guerra abierta contra Obama. Los obispos católicos han salido en tromba contra la política que obliga a los creyentes a pagar abortos.La Administración Obama está empeñada en que creyentes, cristianos y judíos, renuncien a la libertad religiosa y de conciencia al ser obligados a pagar seguros que, a su vez, están obligados a pagar los abortos y otras prácticas contrarias a sus convicciones, lo que incluye a los centros de carácter religioso.
Sin embargo, el presidente de EEUU no contaba con la férrea oposición y firmeza de la jerarquía católica del país, que está movilizando a sus fieles y que se están haciendo oír en las iglesias y en los medios de comunicación. De momento, ya se han manifestado en contra 126 obispos de Estados Unidos contra esta medida.
El obispo de Pittsburgh ya publicó una dura carta en la que aseguraba que Obama había enviado “a la mierda” a los católicos de EEUU mientras el arzobispo de Nueva York denunciaba las tropelías del Ejecutivo norteamericano mientras el presidente le telefoneaba para apaciguar sus críticas.

La secretaria del departamento de Salud y Servicios Humanos, Kathleen Sebelius, quien afirma ser católica, le ha dado un plazo de un año a las instituciones religiosas para acatar la norma. “Esto significa que todos nuestros hospitales católicos, escuelas, agencias de servicios sociales y similares serán obligados a participar del mal”, explicó el Obispo.El Prelado dijo además que la Iglesia “le ha pedido al Presidente Obama que rescinda esta ley, pero todas las solicitudes han encontrado una pared y han llegado a oídos sordos” en la administración. El Obispo de Lincoln es uno de los muchos líderes de la Iglesia en Estados Unidos que ha hablado sobre este controvertido tema.
En la diócesis de Phoenenix, los católicos escucharon un mensaje del Obispo Thomas J. Olmsted, quien señaló que la gente de fe no puede “ser relegada a ser ciudadanos de segunda clase” ni “despojada de sus derechos dados por Dios”.
El Obispo de Marquette, en el estado de Michigan, Mons. Alexander K. Sample, afirmó que si esta ley entra en vigor “nosotros los católicos nos veremos obligados a violar nuestra conciencia o a dejar la cobertura de salud para nuestros empleados y sufrir las penalidades por hacer eso”.
El Arzobispo de Nueva Orleans, Gregory M. Aymond, resaltó por su parte en su carta del fin de semana que es necesario actuar ante este “ataque sin precedentes a la libertad religiosa”.
Tomado de http://accesible.libertaddigital.com/accesible.php?pagina=noticia&cpn=1276448728
Fuente:APCS.Agencia Popular de Comunicacion Suramericana
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