El diputado Carlos Heller, titular de la comisión de
Presupuesto, prepara un borrador. Las cuestiones tributarias deben pasar por el
Congreso. Se analiza que los legisladores con más de $20 millones de patrimonio
hagan un aporte y que los comercios ganen menos
En términos periodísticos, el proyecto que gravaría la plata
que ingresó al país tras el blanqueo de capitales del 2017 sólo tiene un título
y una idea. La génesis se la atribuye el diputado Máximo Carlos Kirchner, jefe
del bloque del Frente de Todos e hijo de Cristina Fernández. En su entorno
insisten en que es idea de él y no de ella y que abrió el juego al resto del
bloque. Uno de los brazos ejecutores será el diputado porteño Carlos Heller,
presidente de la comisión de Presupuesto y Hacienda, quien analiza una
propuesta más amplia a través de la creación de un tributo a grandes riquezas y
patrimonios de ‘personas humanas y jurídicas’ con una asignación específica, es
decir, dotar al Estado de más recursos para paliar las consecuencias de la
pandemia desatada por el coronavirus.
En el bloque oficialista hay otras ideas que trabajan en el
entorno de Kirchner. Algunas más extremas y otras más ligth. Hoy se discute
además un gesto político extra: un impuesto especial que podría ser
extraordinario o permanente y que deberían pagar los diputados de acuerdo a sus
respectivos patrimonios y no a sus dietas.
La tercera iniciativa sobre la que propuso trabajar Kirchner
es un límite a la rentabilidad de los supermercados e hipermercados. Sería
fijar en 4% el margen de ganancia. El objetivo: que ganen por volumen de venta
y no sólo por precio. Circula un ejemplo ‘de moda’. Si al supermercado un
envase de alcohol en gel le cuesta $100 (entre costo del producto, sueldos,
impuestos y otros gastos) en lugar de venderlo a $ 200 debería venderlo a $ 104
en caso de que se apruebe el proyecto que sólo permitiría aplicar un 4% de
margen de ganancia. De esa manera el consumidor podría comprar incluso más de
lo que compra hoy y subirían las ventas de productores y comercios. Como las
demás, es una iniciativa en estudio acorde a estos días en que quienes más
trabajo tienen son quienes venden alimentos y artículos de higiene y limpieza
y, según el kirchnerismo, aplican porcentajes de ganancias mucho mayores.
La brecha social, la distribución del ingreso y el pago de
intereses por la deuda son obsesiones que comparten Kirchner y Heller. El hijo
de los Kirchner tiene gastada la edición de Economistas contra la democracia,
el libro del francés Jaques Sapir que suele citar en discursos militantes y en
los debates en la Cámara. Heller relee a cada interlocutor un editorial del
Financial Times a favor de un rol activo del Estado y la redistribución de la
riqueza.
La última semana una parte de la sociedad reclamó un gesto a
los políticos como la baja de sus sueldos. Más de la mitad de los gobernadores
y decenas de intendentes redujeron o donaron sus haberes o un porcentaje de
ellos. En Diputados y en el Senado la oposición presentó varios proyectos y en
forma individual muchos ya decidieron donar una parte de sus dietas.
Previamente se dispuso que los gastos por pasajes no utilizados durante la
cuarentena y viáticos correspondientes al Congreso fueran transferidos al
sistema de salud. Pero no hubo acuerdo para una decisión conjunta.
También la semana que pasó mostró a una oposición muy activa
que planteó desde iniciativas para rebajas de dietas a un pedido de audiencia a
la Casa Rosada y una batería de iniciativas. Hubo crítica y muestras de
colaboración. Ahora el Frente de Todos intenta recuperar la agenda. Puertas
adentro conversan sobre todas estas iniciativas para las que necesitarán
consenso interno y luego, consenso con el resto del Congreso: por tratarse de
impuestos la Constitución exige debate y aprobación parlamentaria e impone que
la Cámara baja sea la que inicie el proceso.
Alberto Fernández, como la vice, sienten que es injusta la
demanda y la sintieron más como una respuesta al reclamo para que se frenen
despidos en el sector empresario. El Presidente les puso un corset y decretó la
suspensión por dos meses. En el sector público se reasignaron recursos y
prioridades. La recaudación cayó entre un 30% y hasta la mitad en algunos
municipios. Al jefe de Estado le pareció más justa y razonable la propuesta de
Máximo Kirchner.
En ese marco el diputado Heller había empezado a trabajar
junto con su jefe de asesores, Alfredo García, en un proyecto para aplicar un
impuesto extraordinario a las grandes empresas. “No metamos miedo a nadie, que
apunte al 1% que concentran los altos ingresos como grupos agroexportadores,
bancos, compañías de seguros, grandes laboratorios, grandes cadenas de
supermercados”, pidió el cooperativista a su equipo.
Al mediodía de este último domingo Heller recibió el llamado
de Máximo Kirchner que a su vez ya había hablado con Alberto Fernández como lo
hace diariamente. El planteo no le sonó extraño: le pidió que se pusiera a
trabajar como presidente de la comisión de Presupuesto en un proyecto para
gravar a diversos sectores, en primer lugar a los que blanquearon dinero en el
2017. Heller le hizo un resumen de su propia idea y acordaron buscar
información sobre a qué sectores se podría aplicar, hacer cálculos, ver la
legalidad y después, hasta dónde llega el consenso. El borrador estaría en los próximos
días. También cuál sería la base a la que alcanzaría ese impuesto y si su
aplicación sería en forma de escala.
Aunque la iniciativa no está escrita en papel, ya hay
intercambio. Si se aplicara un 2% de tasa a los 116.000 millones de dólares que
ingresaron al país en el blanqueo, “se generaría un monto superior al total de
los gastos del PAMI del 2019”, graficó Heller quien de todos modos le aclaró a
Infobae que es sólo un ejemplo. Si el mismo impuesto fuera al 1% de “la riqueza
concentrada”, unos 220.000 o 230.000 millones de dólares (la mitad corresponde
al blanqueo), “tendríamos 4.000 millones de dólares, más del doble de lo que
gastó el PAMI el año pasado”. No está cerrado, pero el legislador da esas
cifras “para mostrar las magnitudes de las que hablamos”. En su caso, a
diferencia del diputado Kirchner, cree que más que un impuesto al blanqueo lo
que debe gravarse son los grandes patrimonios que incluyen a esos capitales.
Conceptualmente es distinto.
Sea como ensayo, como otras propuesta que se analizaron y no
se concretaron, o como advertencia o amenaza a algunos sectores del poder,
Heller avisó esta mañana que “todo será adecuadamente analizado” en el Congreso
y primero en comisión. Si el proyecto pasara ese primer debate, habría que ver
luego cómo se concreta una sesión, excepto que la semana próxima se flexibilice
el aislamiento social que ya lleva tres semanas.
“En el mundo se está hablando de cosas parecidas para buscar
recursos, de impuestos extraordinarios”, insistió el diputado del Partido
Solidario que además es presidente del Banco Credicoop.
En lo personal su idea es la creación de un impuesto a la
riqueza que se aplicaría por única vez y con un fin determinado: el COVID-19.
“No se puede pedir más camas, más recursos, más respiradores y más comida sin
pensar de dónde van a salir los recursos”.
En Diputados avanza en paralelo la idea de afectar
patrimonios de $20 millones que alcanzaría exclusivamente a legisladores. No
trabaja en eso Heller y dicen que Kirchner “abrió el juego” a otros
legisladores. La iniciativa sería una contrapropouesta a la de Juntos por el
Cambio para una quita en sus dietas del 30% que rechazaron incluso en la
Coalición Cívica. Y a la de Sergio Massa, presidente de la Cámara, que la subió
al 40 por ciento. Ambas tuvieron resistencia puertas adentro donde hubo
legisladores que reclamaron por no percibir ningún otro ingreso o por desear
elegir a quién y dónde donar. Para discutir este tema, entre otros, está
prevista una reunión de jefes de bloques mañana martes en la que estarán vía
teleconferencia Massa, Máximo Kirchner y los opositores: Mario Negri, Cristian
Ritondo, Maximiliano Ferraro, Eduardo ‘Bali’ Bucca, Romina del Pla, Nicolás del
Caño, Alma Sapag y José Luis Ramón. El impuesto especial intentaría saldar la brecha
entre quienes pueden o no pagar, como planteó el senador misionero Maurice
Closs, que por tener otros ingresos donó el 100% de su dieta.
https://www.infobae.com/politica/2020/04/06/un-impuesto-especial-para-diputados-otro-para-la-riqueza-y-limite-a-la-rentabilidad-de-los-super-como-es-el-proyecto-que-analiza-maximo-kirchner/?fbclid=IwAR2DJM_EFRDU1GhX9-r2up4mWUV_RwnDc-VvbXwlECb1mEvWkXh6BwGsjyw
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