Hermindo Gonzales
En la tarde de hoy martes 21 de abril volvimos a ver la peor
cara de la injusticia y la represión estatal, que mata y esconde la mano
asesina , construyendo un falso relato de enfrentamiento,
La muerte de Jose Candia, condenado de la unidad penal N°1 ,
22 años no se debió a un motín, ni a una refriega entre presos. Es la
resultante de una secuencia de inacciones , incumplimiento de garantías
constitucionales, , morosidad judicial, hacinamiento, sobrepoblacion, y
abandono, que hoy salen a la luz con la pandemia de COvid-19. Mas de 400 presos
se hallaban en huelga de hambre pacifica, en reclamo de respuestas a pedidos de
libertades anticipadas y arrestos domiciliarios, medidas estas recomendada por
todos los expertos de organismos internacionales y de la OMS , que sugieren que
el despoblamiento gradual y pautado de presos en condiciones de vulnerabilidad
y riesgo, desaceleran la posibilidad de un foco de alta transmisibilidad de
coronavirus en lugares de encierro. La medida se precipitó con la presencia de
un penitenciario que dió positivo al test lo que generó – y con razón - alarma
en la población, que venía reclamando medidas desde antes de l inicio de la
cuarentena. Y que por la feria judicial quedaban sin respuesta. Recordemos que
esta unidad tiene una sobrepoblación del 40% con 670 presos viviendo hacinados
y en pésimas condiciones higienicosanitarias en un lugar que tiene 440
“plazas”.
Ante un planteo formal del Comité contra la Tortura, para
que se aceleren las respuestas a esos pedidos, al STJ de Corrientes dispuso el
levantamiento de la feria para el juzgado de ejecución de condena, que hoy se
reintegró a sus funciones. El objetivo: abocarse al análisis de los pedidos que
, aguardaban desde el 6 de marzo respuesta urgente. Esta decisión fue
comunicada en la mañana del martes 21, por funcionarios del ministerio de
seguridad a delegados de los pabellones. El tono soberbio y descalificante del
subsecretario Bravo no permitió un canal fluido de dialogo, la reunión se
frustró y la población determinó continuar con la medida de fuerza, hasta que
se evidenciaran las actuaciones judiciales con hechos ( libertades) y no
palabras.
Pero a la siesta, vino la brutalidad y la represión. Dos
versiones absolutamente contradictorias. El relato penitenciario refiere (otra
vez sopa) peleas entre internos, motines,y situaciones incontrolables que
resultaron en el deceso de Jose Mario Candia. Las filmaciones y testimonios de
vecinos del penal, y de los propios presos dicen otra cosa, completamente
diferente. A la siesta, estaba en recreo el pabellón 10, haciendo un picadito
de futbol. La pelota esquiva, se sale del patio, y bajo la mirada de celadores,
que rondaban por ahí, un preso se trepa a una reja (interna, que no da a la
calle, sino a la zona de carpintería) para rescatarla. En ese momento el
penitenciario garitero dispara tiros con su escopeta. Gritos, reclamos,
protestas, claro está. Según algunos, el garitero se disculpó por la acción
desmedida. Una pausa en la represión.
Fin del primer round- Luego todo es
confusión. No se sabe como, de repente, surge este “conflicto” entre los
pabellones, 9 y 10 (los que según la versión oficial, se enfrentaron),irrumpen
violentamente todos los grupos especiales prestos a reprimir, en ese sector
primero, y luego van, uno por uno, a los otros pabellones, algunos, distantes
del lugar donde se jugaba al futbol . Ingreso arrollador, a las patadas, a los
gritos, a los golpes, con escopetas, con tonfas, con cuchillos. Y en esas
incursiones, matan en el pabellón 6, a Jose Candia. 6 personas mas, fueron
llevadas a los hospitales públicos con heridas contusas y perdigonazos de goma,
uno con convulsiones. 39 presos mas, atendidos en (in)sanidad del penal. Un
penitenciario con una herida cortante, profunda, en un brazo, y dos
penitenciarios con cascotazos en la cabeza.
Ahora si, se hacen presentes en la Unidad TODOS los
funcionarios que nunca llegaron a tiempo para resolver sus pedidos( fiscal,
ministro, subsecretarios) , todos muestran facas, recientemente requisadas,
hablan de enfrentamientos entre presos y necesidad de mantener el orden,
obligados a reprimir para evitar males mayores. La muerte de Candia es un mal
menor, está claro.
Desde la Red de Derechos Humanos nos solidarizamos con la
familia de Jose Mario, con sus padres, con su compañera e hijito, exigimos una
investigación objetiva y a fondo, garantías para los compañeros de pabellón,
para los testigos, preservación de cámaras de seguridad, videos y otros
elementos probatorios. Apartamiento de los funcionarios que estuvieron a cargo
del operativo y toda la responsabilidad penal para los responsables de este
nuevo crimen del aparato represivo estatal.
A Jose Mario Candia lo mató la cárcel, el sistema penal, los
operadores de la (in)justicia , el servicio penitenciario y su desesperación
por no ser una victima mas de la pandemia de Covid-19. Hoy , le arrancaron
brutalmente sus 22 años de vida y su futuro, tras llevar cumplida cai completa
su condena de 6 años de cárcel. Pero no figurará en el parte del Comité de
Crisis, de mañana . Solo una crónica roja, un preso menos, de esos que valen
menos que la bala (o el cuchillo ) que los mata.
Red Corrientes de Derechos Humanos.
Las condicones del edificio y el hacinamiento de los internos
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