Buenos Aires, 21 de agosto de
2018.
Quiero dirigirme, en primer
lugar, a los senadores y senadoras que, de distintas bancadas opositoras, se
hicieron cargo de los críticos momentos que atraviesa el Estado de Derecho y el
sistema de representación democrático en Argentina y no prestaron quorum para
autorizar el –literalmente- inédito pedido de allanamiento múltiple sobre mi
vivienda en esta ciudad y El Calafate y mi domicilio en la ciudad de Río Gallegos.
Tengo muy claro que dicha actitud
no fue por solidaridad personal ni “corporativa”, sino que, por el contrario,
obedeció a la firme decisión política de no convalidar la utilización del Poder
Judicial como instrumento de persecución política a los opositores y de
distracción mediática para la población, por la grave situación económica y
social que atraviesa nuestro país con motivo de las políticas aplicadas por el
gobierno de Mauricio Macri.
Sin embargo, le he pedido al
presidente de mi bloque que, en la reunión de labor parlamentaria convocada
para el día de la fecha, comunique al resto de los jefes y jefas de bloque que,
a esta altura de las circunstancias, no tengo ningún inconveniente en que el
cuerpo autorice lo solicitado por Bonadío. Corresponde aclarar que esta
decisión no implica convalidar la irracionalidad de las medidas dispuestas por
Bonadío en su cruzada persecutoria contra mi persona, sino que tiene por
principal objetivo terminar, de una vez por todas, con el show montado
alrededor de estos allanamientos sin fundamentos.
Y es en este sentido que el
Senado de la Nación debe garantizar que las medidas que se lleven adelante sean
sólo para cautelar prueba relacionada con el objeto de esta investigación y no
para obtener imágenes o filmaciones sobre el interior de mis viviendas y de los
objetos que forman parte de ellas, al efecto de su posterior difusión mediática
con intencionalidad política.
Por lo tanto, solicito que en
cada uno de los procedimientos que este cuerpo autorice;
No haya cámaras de televisión ni
fotográficas, para evitar así la posterior difusión de imágenes en programas
oficialistas con clara intención de humillación y hostigamiento hacia mi
persona. Debo recordar a los senadores y senadoras que, durante meses, fui
objeto de escuchas judiciales ilegales, siendo luego mis conversaciones
privadas así obtenidas, anunciadas y difundidas en distintos programas de
televisión y radio, como siempre oficialistas y con abundante pauta del Estado.
A su vez, este fin de semana se ha difundido el registro fílmico de una
inmobiliaria que está desocupada por orden de Bonadío y que había sido allanada
hace más de 3 años, también por orden de Bonadío –siempre es Bonadío-, en el
marco de la causa “Hotesur”. Como si todo esto fuera poco, hace unos días hemos
denunciado y acompañado videos que dan cuenta de la vigilancia que, sobre mi
persona en el Instituto Patria, hacen permanentemente personal de inteligencia
del Estado por órdenes de este gobierno. Toda esta situación de persecución
política, inédita desde el advenimiento de la democracia en 1983, parece ser
ignorada por algunos integrantes de este cuerpo.
Estén presentes mis abogados, al efecto de
garantizar mi defensa y el control de legalidad de los mismos.
Esté presente un senador o senadora,
designados por mí, al efecto de garantizar lo que disponga y ordene este
cuerpo.
Se resguarden los objetos de uso
personal y de aquellos que conformen el ajuar de las casas. Para ser más clara
señores senadores y señoras senadoras: si encuentran lingotes de oro, millones
de dólares o piedras preciosas en bolsas, se los pueden llevar; pero si
encuentran un anillo o un collar, está claro que son objetos de mi uso
personal.
Y finalmente que Bonadío no rompa nada y
disponga que se utilicen los instrumentos técnicos necesarios con los que
cuentan las fuerzas de seguridad y los organismos de inteligencia, para
escanear paredes, divisiones y/o cielo rasos de durlock. Debo aclarar que en
mis viviendas se empleó esta forma de construcción, especialmente en mi casa de
El Calafate. En esta solicitud no me moviliza sólo impedir el daño material que
puedan llegar a ocasionar. Es que, en mi casa de El Calafate, el 27 de octubre
de 2010, se produjo el momento más doloroso de mi vida y por lo tanto su preservación
tal como está es, para mí y para mi familia, muy importante. Tampoco este
pedido es caprichoso. Al contrario, obedece claramente a hechos objetivos
provocados por Bonadío. Ningún senador o senadora puede ignorar la
espectacularidad mediática y la rotura de paredes ordenada por Bonadío en los
allanamientos de otros departamentos del edificio de Juncal y Uruguay, el 13 de
agosto próximo pasado –día en que fui citada a prestar declaración indagatoria-
al ser informado por el personal actuante que había paredes huecas. Además, por
si todo esto fuera poco, la existencia de este tipo de paredes fue confirmada
por otra propietaria de ese edificio en un programa televisivo de denunciadores
seriales “anti-K” transmitido el domingo próximo pasado. En dicha emisión la
propietaria recorrió, junto a una periodista, su departamento ubicado
exactamente arriba del mío diciéndole a la audiencia como sería el 5to piso, o
sea mi casa. Es que, señores senadores y señoras senadoras, así están las cosas
en esta Argentina: todo vale con tal de no hablar y no mostrar lo que está
pasando con la economía y la vida cotidiana de nuestros compatriotas.
Sin otro particular, saludo a
todos los señores senadores y a todas las señoras senadoras muy atentamente.
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