Una mujer que tiene diez años de
antigüedad como inspectora de Tránsito en Corrientes fue despedida por la
gestión del intendente Eduardo Tassano, un mes después de haberle hecho una
multa al sobrino de un funcionario que habría tomado venganza.
“Yo soy el sobrino de Piris y ya sabés lo que
te va a pasar ahora”, fue la evidente amenaza que escuchó la mujer cuando
ordenó que secuestren una moto que estaba estacionada en la parada de
colectivos, en el puerto de Corrientes.
Carmen Molina, de 43 años de edad,
es madre soltera y tiene una hija, a la que adoptó, de 13 años de edad y que
padece una miocardiopatía congénita y severos problemas de asma. Hace cinco
años, había logrado el pase a planta permanente como agente de Tránsito.
La víctima dialogó con los medios
para contar la historia de cómo fue que la dejaron sin trabajo y sin ingresos,
en un aparente caso de abuso de autoridad que podría derivar en una denuncia
penal contra funcionarios.
En marzo pasado, Carmen Molina
estaba cumpliendo sus funciones como agente de Tránsito por avenida Costanera.
Labró un acta de multa y ordenó el secuestro de una moto que permanecía
estacionada en la parada del transporte urbano de pasajeros. Ese tipo de
secuestros corresponde en cualquier caso de vehículo estacionado en una parada
de colectivos, cocheras o rampas para discapacitados.
Cuando un móvil municipal estaba
llevando la moto secuestrada, apareció un joven que comenzó a increparla
exigiéndole que anule la multa y le devuelva urgente la moto.
La mujer continuó con su
obligación y el supuesto dueño de la moto se enfureció. La evidente amenaza que
escuchó Carmen fue: “Yo soy el sobrino de Piris y ya sabés lo que te va a pasar
ahora”.
Este martes, la mujer fue a la
Municipalidad a pedirle explicaciones a Tassano porque le comunicaron
verbalmente que la dejaron cesante.
Como no logró hablar con el
intendente, pidió entonces hacerlo con el funcionario en cuestión, Alexis
Piris, un dirigente radical que al que Tassano nombró como subsecretario de
Relaciones Laborales en diciembre pasado.
“Paula Díaz, jefa de Personal, me
confirmó que me congeló el salario y que estaba cesante. Me mandó a hablar con
Piris, quien me trató muy mal, con mucha soberbia y me dijo que yo estaba
despedida”, aseguró Carmen.
“Entonces, le pregunté cuál era
el motivo porque yo no tengo ninguna falta en mi trabajo y menos antecedentes
porque nunca tuve problemas. Le pregunté si estaba tomando represalia por el
secuestro de la moto de su sobrino y me respondió que yo no trabajaba más, sin
darme ninguna explicación”, dijo Carmen.
“Yo soy el que manda, me dijo de
muy mala manera”, relató angustiada la mujer.
Carmen tiene una jornada distinta
a otros inspectores de Tránsito. Hace varios años, logró que la autoricen a
trabajar solamente sábados, domingos y feriados en lo que se llama reducción de
jornada. El resto de los días, Carmen debe cuidar de la hija que adoptó y por
lo cual constantemente presenta la debida historia clínica.
Carmen padece una evidente
angustia desde el sábado, cuando se enteró por sus compañeros que directamente
la dejaban cesante en el cargo. Ahora, debe pensar cómo hacer para alimentar a
su hija y pagar las deudas que tomó de la Caja Municipal de Préstamos porque el
sueldo de 11 mil pesos que recibe sufre varios descuentos y no le alcanzaba.
Entre lágrimas, la mujer relató
momentos muy difíciles que vivió en la Municipalidad cuando tuvo que hablar con
funcionarios pero pidió no dar detalles mientras analiza la posibilidad de
recurrir a la Justicia. “Me sentí humillada porque consideró que fui víctima de
agresiones verbales que escuché por parte de personas de las cuales depende mi puesto
de trabajo y mi ingreso económico. Personas que no tuvieron piedad de mi
sabiendo que soy madre soltera y que tengo una hija con guarda legal a mi
cargo, una hija que necesita de una especial atención”, dijo.
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