No importa cuál sea tu nivel de educación, salario o
capacitación, siempre podrás aprender de cualquier persona, incluso de la que
consideras “inferior”. La ignorancia humana es un tema de estudio bastante
extendido, desde Sócrates hasta Darwin han intentado explicar por qué las
personas más ignorantes se sienten superiores a los demás. Casi siempre, la
respuesta a la estupidez es una carencia interna.
Una teoría ampliamente aceptada es el efecto Dunning-Kruger,
diseñado por David Dunning y Justin Kruger y destramado en la Universidad de
Cornell. Este efecto caracteriza un trastorno cognitivo en el que las personas
que ignoran un tema determinado creen que saben más que aquellos que son
estudiados y experimentados sin reconocerlo.
Es decir, estas personas viven bajo un efecto de
superioridad delirante, creen que lo saben todo y tienen una respuesta que por
lo general carece de valor para cualquier cosa. Como dice el artículo de 1999
de Dunning y Kruger:
“Las personas incompetentes a menudo son bendecidas con una
confianza inadecuada, asegurada por algo que les parece conocimiento”.
Es así como las personas que padecen este síndrome están
seguras de que su inteligencia y sus habilidades son superiores a la media, o
al menos, son extremadamente buenos en lo que hacen, cuando la verdad es que
pueden ser bastante mediocres. Es precisamente la ceguera de creer que ya lo
saben todo lo que les impide aprender desde cero y ganar realmente
conocimiento.
Pero esta mala percepción no solo les afecta a sí mismos,
sino también a quienes les rodea. Las personas con el efecto Dunning-Kruger no
pueden reconocer el potencial en los demás y a menudo son los críticos más
afilados (a pesar de que ellos son realmente mediocres). De esta manera, el
síndrome está caracterizado por un egoísmo exacerbado.
Probablemente, mientras lees estas líneas estás recordando a
una o más personas que has conocido y que parecen estar pintadas en estas
letras. Pero hoy puedes ver con más claridad que estas personas están atrapadas
en su propia ignorancia. No pueden, ni tampoco quieren, entender que no son
superiores y que incluso su presunto conocimiento es solo paja mental,
hojarasca, basura.
A estas personas las encontrarás dando clases de cómo deben
hacerse las cosas en el área que dice conocer al dedillo. Pueden llegar a ser
bastante desagradables pues tienen el tupé de sentarse a debatir con académicos
y expertos en un ámbito del que evidentemente no saben nada.
Para aprender es necesario dialogar, y más importante aún
escuchar. Una persona con el efecto Dunning-Kruger o en general una persona que
no puede escuchar, está incapacitada para aprender.
El sociólogo de origen polaco Zygmunt Bauman señala en una
de sus últimas entrevistas que “el diálogo real no es hablar con gente que
piensa lo mismo que tú”. En ese orden, es necesario pensar que a casi nadie le
gusta dialogar, pero hay personas que en definitiva están predispuestas a no
hacerlo. De esa manera, no aprenden, no crecen, no son realmente buenos en
nada.
¿Conoces a alguien con esta superioridad delirante?
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