La tristeza se apoderó de los trabajadores y los vecinos del
barrio en donde funcionaba la planta. Calculan que otros 20 trabajadores, como
fleteros y distribuidores perdieron la fuente laboral.
La lenta agonía de la Cooperativa Tambera fundada en 1961 llegó
a su fin.
Este martes cerraron dos locales céntricos de expendio,
mientras que el de calle Rocamora y Goldaracena vendía los últimos productos
lácteos que quedaban en las heladeras. Cuarenta familias quedaron sin sus
puestos de trabajo.
Se vivieron momentos de angustia, desazón e incertidumbre
entre los empleados que aún mantienen la esperanza de conformar una nueva
cooperativa de trabajo.
Algunos de ellos no pudieron evitar quebrarse al mirar el
edificio de Rocamora con las puertas de rejas cerradas con un candado; mientras
que otros no podían entender cómo una cooperativa que supo ser modelo en la
ciudad y la provincia terminó con las puertas cerradas.
Una vecina también se mostró quebrada anímicamente junto a
uno de los obreros que se encontraba en la puerta del local de calle Rocamora.
“Esta cooperativa forma parte del barrio, de la ciudad y que termine así no es
justo”, señaló la señora con los ojos llenos de lágrimas.
Germán Molina, vocero de los empleados de la Cotagú indicó
que “hasta hace unos meses teníamos un par de tambos que nos entregaban su
producción, pero al conocerse la información de que la cooperativa estaba a
punto de quebrar, lógicamente dejaron de hacerlo y salieron a la búsqueda de
otra empresa”.
Agregó que al retirarse los “tambos que entregaban un
volumen de leche que nos permitía mantenernos, quedaron un par muy chicos que
nos aportaban 1.200 litros, cantidad con la que no se puede hacer nada en una
planta preparada para procesar 100.000 y que llegó a trabajar con 60.000 litros”.
UN FIN ANUNCIADO
Los trabajadores coincidieron en que el cierre era algo que
venían procesando y esperando; “pero cuando llega el momento no deja de pegar
fuerte”, explicaron.
Molina contó que en su caso particular es “único sostén de
una familia que conforma junto a su esposa y dos hijos de 15 y 12 años”. Con 43
años de edad, trabajó 20 en la Cotagú por lo que manifestó preocupación e
incertidumbre por su futuro como por el del resto de los empleados que
totalizan 40 personas en forma directa, a los que deben sumarse fleteros y
distribuidores.
En definitiva, 60 familias que se “están quedando en la
calle”.
Acotó que quedó como “jefe de planta desde el mes de
noviembre pasado”, y que “pese al esfuerzo del grupo de trabajo nos quedamos
sin leche y con la planta parada en su totalidad”.
Comentó que junto a un grupo de compañeros están haciendo
turnos de mañana, tarde y noche, para no hacer abandono de trabajo y para
cuidar las maquinarias e instalaciones de una cooperativa que además de
comercializar leche fluida le dio valor agregado a la producción con la
fabricación de quesos, ricota, yogur, postres y leches saborizadas entre otros
productos.
NO BAJAN LOS BRAZOS
Molina indicó que junto a sus compañeros, trabajan para
“crear una cooperativa de trabajo, pero todo está muy difícil, aunque desde el
ámbito nacional, y pese a una serie de promesas, nunca recibimos apoyo. En lo
provincial, intentamos hablar con el gobernador, Gustavo Bordet, pero no
pudimos llegar a hacerlo”.Por otra parte, destacó que desde el Municipio “nos
han estado acompañando en la medida de sus posibilidades con la conformación de
una cooperativa -que en el caso de conformarse- tendrá que salir a buscar la materia
primera que es la leche”.
Al respecto detallaron que el sector lácteo está atravesando
un serio momento con el cierre de muchísimos tambos en la zona.
Además, la Cotagú se encuentra sin dinero y sin insumos para
elaborar productos, por lo que la actualidad se complica aún más.
Molina indicó que se llegó a trabajar con tambos que
“producían 22.000 litros a un costo de $1.500.000 semanales y si queremos armar
una cooperativa de trabajo tenemos que pensar en $8.000.000 para empezar a
hablar, teniendo en cuenta que a muchas explotaciones lecheras se les quedó
debiendo plata”.
Remarcó que como empleados “tuvimos que tomar medidas
extremas, cuando esa responsabilidad le corresponde al Consejo de
Administración que recién ayer martes, se hicieron presentes en la fábrica”.
Por su parte, Néstor Chichizola, con 40 años en la
cooperativa, indicó que “teníamos la esperanza de no llegar a este momento,
pero lamentablemente estamos en esta situación, luego de venir peleando por
espacio de 12 años a una crisis que se fue acentuando”.
En tanto, Pepe Lizzi, comentó que “siempre afrontamos
situaciones difíciles, pero como esta ninguna”.
De esta manera, culmina una etapa de la histórica
Cooperativa Tambera de Gualeguaychú y se abre un nuevo capítulo: la búsqueda de
sus empleados de una nueva salida laboral.
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