La cooperación militar comenzó en Junio del pasado año 2012.
Fue propuesta por el ministro de defensa venezolano general Henry Rangel en una
reunión del Consejo de Defensa Suramericano. Entre los objetivos de dicha
integración militar sería proteger a los países del Cono Sur de una “agresión
exterior”, “fortalecer la seguridad, unidad y desarrollo de la región” y
“disminuir la relación de dependencia en materia militar con países de fuera de
la región” . Según las propias palabras del General Henry Rangel:
“Desde luego
cambiaría por completo la balanza en el plano regional, porque en lugar de
permitir siquiera la posibilidad de conflictos internos plantearía un único
conflicto que no sería ya interno a los países latinoamericanos y caribeños,
sino que estaría planteado con fuerzas externas, y al hablar de fuerzas
externas en América Latina estamos pensando en EE UU en primer lugar”
El nuevo cuerpo internacional estará compuesto por efectivos
militares de los distintos países de la región, en concreto: 18.600 soldados
Brasileños, 15.300 soldados Venezolanos, 13.000 soldados Argentinos, 8.250
Bolivianos y 5.000 ecuatorianos. En total los “Cascos Rojos” cuentan, por
ahora, con 60.150 efectivos.
El progreso de la cooperación militar entre los países
Latinoamericanos representa sin lugar a dudas un progreso en la relación de
fuerzas existente en el Cono Sur de América Latina. La decisión de los
distintos gobiernos progresistas de la zona; en especial Venezuela, Bolivia y
Ecuador; de avanzar la cooperación militar en la región supone un síntoma de
reforzamiento de los procesos nacionales y democráticos en la zona. Supone el
principio del fin de la tradicional subordinación militar de los países del
Cono Sur hacia su vecino imperial, los Estados Unidos. Recordemos que
tradicionalmente los EEUU han equipado y formado a los cuadros militares de los
distintos países de la región. Recordemos que fueron los instructores
norteamericanos, atreves de la tristemente conocida “Escuela de las Américas,
quienes formaron a los peores torturadores y asesinos de los regímenes
militares suramericanos y centroamericanos de los años 70 y 80. Recordemos
también la intervención militar directa de los EEUU en países de la región
tales como Panamá, Cuba, república Dominicana, Granada a lo largo del siglo
pasado.
Hoy en día los EEUU siguen interviniendo con el objetivo de
desestabilizar a los gobiernos contrarios en la zona y seguir conservando su
hegemonía militar en la región. Es por ello que sigue intentando asegurar su
dominio fortaleciendo la dependencia militar con sus países más serviles. El
caso más paradigmático es Colombia, país que en la actualidad tiene 9 bases
militares norteamericanas en su territorio. EEUU sigue equipando militarmente
al Ejercito Colombiano, ejercito acusado de innumerables masacres y violaciones
a los derechos humanos en su “lucha contra la guerrilla y el narcotráfico”. No
es casualidad que Colombia, junto con otro estado servil como Chile, hayan sido
las dos únicas naciones de UNASUR que se hayan negado terminantemente a
participar en la integración militar junto con sus países vecinos. Los lazos de
dependencia con Colombia son tales que dicho país recientemente llego a pedir
la admisión en el seno de la
OTAN.
Publicado.FM Universo 94.3 Corrientes Capital
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