Ya se contabilizaban nueve años de presencia en Irak… corría el año 2002, cuando a poco del feroz atentado a las Torres Gemelas en el World Trade Center de Nueva York y creyendo encontrar armas de destrucción masiva, el por entonces, presidente George W. Bush, decidió la incursión militar en Irak, por considerar que la mencionada tierra árabe era cuna y albergue de peligrosos terroristas, en tanto, por estos días, nueve años después, ya con otra administración, la del presidente demócrata Barack Obama, que se propone en cada paso que da diferenciarse de su antecesor, el último contingente militar norteamericano que permanecía en Irak se retiró definitivamente del territorio como se había prometido…
Ayer, domingo 18 de diciembre de 2011, sin dudas, será una jornada que no solamente pasará a la inmortalidad de la historia de Estados Unidos, sino también a la mundial, porque los últimos soldados estadounidenses que permanecían en Irak abandonaron el país con dirección a Kuwait, dando por finalizada la larga intervención militar norteamericana.
Con el marco de agudos bocinazos, la televisión local que cubrió a cada instante la retirada y soldados que con sus brazos en alto se saludaban efervorizadamente con otros pares, los últimos 25 trailers y camiones le dijeron adiós a Irak.
En tanto, el regreso a casa de los soldados americanos estuvo acompañado de otras medidas, tales como: entrega de prisioneros a las autoridades iraquíes y el traspaso de la última base militar en su poder, todas ellas tendientes a cumplir efectivamente la promesa electoral de Obama de traer a los soldados a casa nuevamente y terminar de una vez con una de las guerras menos populares protagonizadas por su país.
Cabe destacar, que el saldo de esta ocupación militar dejó, tanto en iraquíes como en estadounidenses, el mismo sabor amargo, ya que de ambos lados las bajas fueron realmente cuantiosas, 4.500 militares norteamericanos fallecidos, 32 mil heridos y más de 100 mil civiles iraquíes. Pero también las arcas del estado se vieron afectadas por un gasto desmedido, ya que el capricho de Bush le costó al país770 mil millones dólares.
Ojalá que el próximo año que pronto estará llegando encuentre a los soldados en casa celebrando con sus familias y a la nación iraquí encontrando la paz perdida…
Foto: AFP
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