Monigotes y disfrazados se toman las calles de Ecuador
por ANDES/RV » 0:03 - 31 dic 2011
Foto: Danny Mera/Agencia Andes.
Quito, 31 dic (Andes).- El historiador ecuatoriano Enrique Ayala reseña que la celebración ecuatoriana del año viejo es una herencia de los colonizadores, pues viene la costumbre de quemar al monigote como se lo hacía en Europa en el siglo XIX.Pero además -dice Ayala a la Agencia Andes- en el Ecuador existen algunas modificaciones.“En otros países el año viejo es la figura de un viejo, que representa al año que muere, en cambio en el Ecuador normalmente el muñeco es una sátira a un personaje del barrio, de la política”.“Así, el presidente de la república suele ser el personaje más quemado todos los años”, dice Mora, que también menciona a los hombres que se disfrazan de viudas para pedir caridad a los conductores en cada esquina.
“En los años veinte del siglo XX ya estaba establecida la costumbre en todo el Ecuador”, expresa el catedrático y añade que la tecnología continúa modificado la tradición.“Paulatinamente con los recursos que ahora existen se pueden mover los años viejos (…) se iluminan con focos (…) el discomóvil de música para la fiesta, pero en general el año viejo se ha mantenido con características muy tradicionales”.En el Ecuador el “año viejo” es un monigote que representa al año que finaliza. Esta figura es elaborada con ropa vieja, cartón o papel, relleno de aserrín o periódico, además suelen incluir artefactos pirotécnicos, para ser quemados a la medianoche del 31 de diciembre.También existe un alto número de negocios dedicados a la venta de los monigotes, que son confeccionados con mejores detalles, lo que les convierte a los diseñadores en “maestros artistas” del fin de año.
Los monigotes gigantes de Guayaquil
En la ciudad porteña de Guayaquil es una tradición la elaboración de los monigotes gigantes. Costumbre que ha tomado fuerza los últimos años y va incluso en contra de la norma municipal.Los monigotes van desde los 2 a 1o metros de altura. El cabildo advirtió que, según la ordenanza municipal, este tipo de muñecos están prohibidos para la venta y no pueden exceder de 3 metros de alto por 3 metros de ancho.Estos muñecos son quemados el 3 de enero y no el 31 de diciembre con la llegada del nuevo año. Hay una controlada quema de los monigotes con la supervisión del cuerpo de bomberos, para evitar incendios por la dimensión que tienen.Ante esto, se los corta y luego se los quema por partes, sin el uso de camaretas u otros materiales explosivos tradicionales.Sin embargo, los guayaquileños los ven como una obra de arte y su elaboración toma meses. “Tal es así, que desde mayo empieza la fabricación”, dice Julio Alvarado, quien hizo con su hermano al ‘Hombre Increíble’ (Hulk). El monigote es admirado por las personas en las calles 15 y Capitán Nájeran, en el suroeste de la urbe.“Hemos gastado más de USD 600, financiados como parte de ahorros de la familia y amigos que han colaborado”, cuenta Alvarado.Otro de los monigotes gigantes es la torre Eiffel de Francia, en la calle 18 y Pancho Segura. Y otra es sin duda Jurassic Park, en las calles 28 y Portete, con cinco muñecos gigantes de dinosaurios. Para su fabricación, que inició a mediados de año, intervinieron 15 personas, afirma Richard Guambo. Él con su amigo Carlos Andrés Celleri tomaron la iniciativa.“Esto nos costó cerca de USD 1 000 pero también la gente nos apoyó, hemos recibido ayuda de ferreterías de aquí, de la zona, y gente que viene de otro lado”, dijo Guambo.Sin embargo, donde se concentra la mayor cantidad de años viejos es en la tradicional calle Seis de Marzo, en el sur de Guayaquil. Son aproximadamente 12 cuadras desde Franco Dávila hasta Venezuela.Ernesto Fernández tiene esta actividad más de 20 años y casi todo el año lo dedica a la fabricación de los monigotes, en conjunto con sus ocho hermanos, que viven de esta actividad.“Yo empiezo a trabajar apenas termina el invierno porque lo hago en la acera, afuera del taller. Más o menos por el mes de mayo ya empiezo. Hasta esta fecha fabricamos alrededor de 150 a 200 muñecos, dependiendo de los pedidos”, explicó Fernández.Asimismo, John Cordero indicó que trabaja sólo sobre pedido y el costo depende la complejidad del muñeco, que puede costar de 50 a 350 dólares. “Nosotros nos ajustamos a todos los bolsillos y presupuestos, en base a eso ofrecemos opciones al cliente”, detalló.
También en las ciudades del Ecuador se organizan comparsas barriales con disfrazados. Y se acostumbra el 31 de diciembre lucir máscaras de los más variados motivos. JLF-ROB/Andes
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