LOS SIN TECHO EN ESTADOS UNIDOS
La cifra de personas sin hogar
aumenta por primera vez en siete años al dispararse la situación de emergencia
en Los Ángeles
PABLO XIMÉNEZ DE SANDOVAL
Las tiendas de campaña bloquean las aceras de la calle Seis, en Skid Row, en el centro de Los Ángeles. APU GOMES |
“Nunca lo he visto tan mal”. El
que dice esto mientras camina por la calle Seis del centro de Los Ángeles,
California, lo ha visto todo en miseria. Es el agente Deon Joseph, con dos décadas
de experiencia patrullando en la comisaría Central de la ciudad, situada en
medio de la mayor concentración de personas sin hogar al aire libre de Estados
Unidos, el barrio conocido como Skid Row.
Las cifras oficiales dan la razón
al agente Joseph. Al menos en el tiempo que él lleva en el barrio, nunca ha
estado tan mal. La situación de los sin techo en Los Ángeles, que las
autoridades locales ya habían calificado de “emergencia”, se ha vuelto una
cuestión nacional al revelarse este mes las últimas cifras del fenómeno en
Estados Unidos. El número de personas sin hogar ha aumentado un 1% en el país,
el primer aumento en siete años.
El aumento espectacular en el
condado de Los Ángeles, con un 23% más de sin techo en un año hasta las casi
58.000 personas, explica por sí mismo las cifras nacionales. Si no fuera por la
región de Los Ángeles, la población sin techo habría bajado un 1,5%. Las cifras
han aumentado en toda la Costa Oeste. De las siete zonas urbanas con más
personas sin techo, cinco están en el Pacífico (Los Ángeles, Seattle, San
Diego, San José y San Francisco).
En Estados Unidos hay 553.000
personas sin hogar según el último censo del Departamento de Vivienda,
publicado a principios de diciembre. Es el 0,17% de la población, un porcentaje
superior a México (0,04%), pero inferior a Canadá (0,44%), Reino Unido (0,25%)
o Suecia (0,36%), según las últimas cifras recopiladas por la OCDE. Uno de cada
cinco vive en Nueva York o en Los Ángeles. En números absolutos, la ciudad de
Nueva York es la que más sin techo tiene de EE UU, con más de 76.000. La
diferencia es que en Nueva York, el 90% tiene donde pasar la noche. Tres de
cada cuatro personas sin hogar en Los Ángeles no tienen cama en ningún albergue
o solución temporal.
Además, la diferencia en el clima
(la temperatura máxima en Nueva York esta semana ha sido -5 grados y en Los
Ángeles, 26) hace que el fenómeno esté al aire libre, en aceras por toda la
ciudad. Y en Skid Row es donde ese teatro de la miseria norteamericana muestra
su cara más cruda. En las 50 manzanas de Skid Row se concentra la mitad de los
sin techo de la ciudad de Los Ángeles. El detective Harry Bosch, de las novelas
policiacas de Michael Connelly, lo define así: “Cruzas una calle y estás en
Calcuta”. Tal cual.
El agente Deon Joseph patrulla a
pie por la calzada de la calle Seis porque no se pueden usar las aceras. Son
una amalgama de tiendas de campaña, basura, chatarra en la que viven miles de
personas. A ratos, el olor es nauseabundo. Algunos se le acercan a saludar o a
contarle sus problemas. Joseph cuenta que esta gente se ha convertido en
víctimas de las bandas, que cobran por el sitio en las aceras, en dinero (hasta
200 dólares al mes) o en servicios, desde el tráfico de drogas hasta la
prostitución. En algunas de estas tiendas de campaña, explica, han encontrado
armas. El trapicheo está casi a la vista. Las violaciones son habituales.
Coches de alta gama están aparcados junto a personas inconscientes en la acera
a las que todo el mundo ignora. El crimen en la zona “está fuera de control”,
asegura Joseph, atraído por el tráfico de drogas. El agente es muy crítico con
lo que considera “política de no inmiscuirse” de las autoridades.
En una esquina encontramos a
Jennifer de León. Prácticamente sin dentadura, explica que tiene 40 años y
lleva viviendo en esta esquina desde 2009 en una tienda que empezó siendo
pequeña pero ahora ocupa unos seis metros cuadrados. Sus padres viven en Desert
Hot Springs, a dos horas de aquí. No se habla con ellos. Vive de una pensión de
la Seguridad Social desde los 18 años que hoy asciende a 997 dólares, y sin
embargo sigue en la calle. Simplemente es su vida. Acabó aquí después de
engancharse al crack y a la metanfetamina. Se ducha en el albergue más cercano.
Si no tiene que ir, hace sus necesidades en un cubo y las tira a la calle.
Jennifer de León, de 40 años, en la tienda en la que vive en Skid Row. APU GOMES |
La capital de la miseria de
Estados Unidos, fuera de control
Midnight Mission es uno de los
albergues más antiguos de Skid Row, fundado en 1914. “En la crisis del 29
servíamos un millón de comidas al año”, explica Joey Weinert, coordinador de
los voluntarios del albergue. Aquí se viene a comer, pero también a pasar la
noche y, si la persona consigue estabilizarse, Midnight Mission provee una
solución habitacional temporal que le permita reconstruir su vida. “Si se pide
ayuda, la hay”, asegura Weinert. Todos los habitantes de las aceras de Skid Row
pueden comer tres veces al día, conseguir ropa limpia y acceso a higiene
personal. “Es como la Meca de los sin techo. Aquí están todos los servicios”.
Las causas del aumento de sin
techo son diversas y profundas. Weinert cita el aumento en el consumo de
drogas, los efectos a largo plazo de la crisis económica y también la crisis de
vivienda que sufre el condado de Los Ángeles, donde el aumento de los precios
está erosionando rápidamente la clase media. Esta es la razón más admitida por
las autoridades locales, en todas las ciudades de la Costa Oeste. También
asegura que vienen personas sin techo de otros lugares, sabiendo que aquí se
puede llevar esta vida. “Si estás en la calle en Chicago en esta época del año
y te ofrecen un billete de autobús a California, te vas”.
Una acera de Skid Row, esta semana. APU GOMES |
La situación lleva dos años
creciendo fuera del centro de la ciudad. Las tiendas de campaña aparecen de la
noche a la mañana en todo Los Ángeles. La situación es tan evidente que este
año los votantes han aprobado en referéndum dos veces subirse los impuestos
para recaudar un total de 4.700 millones de dólares en 10 años para construir
al menos 15.000 plazas en residencias permanentes para gente sin techo y los
servicios que necesitan. La semana pasada, el alcalde inauguró la primera de
esas obras.
Weinert no cree que echar dinero
sobre el problema sea la solución. “Si le das un piso a un adicto al crack, sus
amigos se van a meter allí y lo que has hecho es montar un piso franco de venta
de crack”. No se puede resolver la situación de una persona que está en la
calle sin resolver antes las razones por las que está en la calle, explica,
especialmente la adicción y los problemas mentales. “Nuestro país no se ocupa
de los pobres y los débiles”.
“EL SUEÑO AMERICANO SE ESTÁ
CONVIRTIENDO RÁPIDAMENTE EN EL ESPEJISMO AMERICANO”
Estados Unidos, uno de los países
más ricos del mundo y la “tierra de la oportunidad”, se está convirtiendo en el
campeón de la desigualdad. Esta es la frase con la que comienza el comunicado
del pasado 15 de diciembre de Phillip Alston, el relator especial de Naciones
Unidas para la extrema pobreza. Alston acabó en Skid Row, Los Ángeles, un viaje
de dos semanas por California, Alabama, Georgia, West Virginia, Washington DC y
Puerto Rico para observar el estado de la pobreza en el país más rico del
mundo. Su conclusión es que “el sueño americano se está convirtiendo
rápidamente en el espejismo americano”.
El relator cita las cifras del
censo, según las cuales 40 millones de estadounidenses viven en la pobreza y de
ellos 18,5 millones en extrema pobreza. Alston se mete en política y pasa a
continuación a criticar los posibles efectos de la reforma fiscal de Donald
Trump sobre los más pobres. Dice que el plan “va a desgarrar partes cruciales
de una red de seguridad que ya estaba llena de agujeros”.
En el problema de los sin techo,
en concreto, Alston considera que las cifras oficiales son inferiores a las reales.
El relator critica la “criminalización” de la pobreza por los arrestos por
delitos menores de personas que viven en la calle. Alston publicó una versión
preliminar de su informe hace una semana. La versión definitiva se publicará en
abril.
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