Oberá, palabra guaraní, que significa"que brilla", y cuyo antiguo nombre había sido Yerbal Viejo se conformó casi de modo excluyente con colonos de origen europeo. Su núcleo fundador estuvo integrado por colonos suecos, quienes a través de una picada orientada hacia centro- sur permitía el avance desde Bonpland a Yerbal Viejo. Denominada "Picada Finlandesa", por el origen de sus pobladores, se constituía en la única línea de comunicación que recorría la zona con una extensión de 43 kilómetros.
Así, describe Silvia Waskiewicz a Oberá. Waskiewicz es la autora de la primera y segunda Edición del libro "La Masacre de Oberá, 1936" publicado por la Editorial Universitaria de Misiones. Investigación histórica que integra la colección "Libros de la Memoria".
Justamente, hoy se cumplen 75 años de la Masacre de Oberá y la historiadora realizó un documento sobre lo sucedido en aquella época. “El poblamiento de Oberá se produce desde los primeros años del siglo XX al extenderse el frente agrícola desde Bonpland, población en la que confluían colonos europeos (suecos, finlandeses, rusos, alemanes, entre otros) muchos de los cuales provenían desde el Brasil y que habían ingresado por picada San Javier” relata.
“Fundada oficialmente la colonia a comienzo del año 1928, e iniciado el trabajo de las tierras y construidas sus viviendas, se instalaron las primeras familias, dando origen a la nueva colonia. Años más tarde se sumarían otros grupos de inmigrantes que iniciaron una nueva vida como productores agrícolas en un mundo exótico y con múltiples dificultades”.
La protesta agraria
“En el transcurso del año 1936 la producción agrícola de la zona centro del Territorio Nacional de Misiones atravesaba una profunda crisis. La sequía que afectaba a los cultivos, principalmente al tabaco, las formas arbitrarias en que los acopiadores realizaban la clasificación del mismo; problemas relacionados con la distribución y mensura de las tierras fiscales que ocupaban y un reciente impuesto sobre la yerba mate por parte de la Comisión Reguladora de la Yerba Mate (Crym), constituyeron una suma de factores que generaron una situación de malestar entre los colonos de la zona Centro”.
“Como consecuencia de esta realidad económica pero también social, en el que las condiciones generales de vida de los colonos eran muy duras- particularmente en el caso de los productores tabacaleros, cuyas pequeñas explotaciones, trabajadas por todos los miembros de la unidad doméstica, los ponía en situación de autoexplotación con escasas perspectivas de futuro- es cuando el domingo 15 de marzo de 1936 colonos ucranianos, ruso y polacos, en su mayoría, -provenientes de Samambaya, Los Helechos, Ameghino, Guaraní y Campo Viera- realizan una marcha de protesta hacia el pueblo de Oberá para reclamar mejores precios para sus productos; un único precio de 6 pesos por arroba de tabaco; la distribución equitativa y mensura de las tierras, y la anulación de un impuesto sobre las nuevas plantaciones de yerba”.
Al llegar al Cementerio Viejo, actual plazoleta Malvinas Argentinas y frente al galpón de unos de los principales representantes de la Compañía Cuarenta y Tres de Tabaco, los colonos fueron recibidos a balazos por la Policía, al mando del Comisario Leandro Berón y por comerciantes del pueblo.
Los indeseables
“El origen étnico de los colonos implicaba una adscripción de tipo ideológica, en donde, según diversas fuentes los colonos que organizaron la marcha eran calificados como "comunistas", "agitadores profesionales", "agitadores extremistas". Si bien no podemos descartar la posibilidad de que entre los colonos hubieran existido líderes comunistas y que habrían participado de la organización de la manifestación, no se registran evidencias que así lo demuestren. Lo cierto es que existía cierta hostilidad hacia los denominados "comunistas” señala la historiadora.
“Como consecuencia de la represión, hubo muertos, heridos y más de un centenar de personas detenidas. Si bien no podemos determinar el número exacto de heridos y muertos, las fuentes verifican que entre los muertos se hallaron Nicolás Oyempamchuk, fallecido el 17 de marzo, Juan o Iván Melnik (fallecido el 15 de marzo) Nicolás Aleferzuk y Basilicia Savinski de 14 años de edad” subrayó.
Quieta non movere
A partir de estos últimos años se han realizado numerosos proyectos de recuperación de la memoria de la Masacre que permitieron que aquellos actores sociales -que antes aclaraban no saber nada- accedieran a recordar lo que había sucedido. Conmemorar la Masacre implica recuperar hechos dolorosos y traumáticos. En este sentido el semanario "Oberá" (bajo la Dirección de Irineo Moreira), publicaba en su edición del 15 de marzo de 1938 el artículo "Quieta Non Movere" (No agitar lo que está quieto) en el cual su autor señala de alguna manera una posición respecto de la memoria de la Masacre, dando cuenta de la responsabilidad social y de la resistencia de quienes trataban de ocultar y silenciar la brutal represión hacia los colonos.
A 75 años de la Masacre varias son las acciones de conmemoración que permite recordar y saldar las cuentas con el pasado reciente. En este sentido el rodaje del documental "Quieta non movere", bajo la dirección de Luis Bernal, permitirá a través de los recuerdos, los silencios y las voces de sus protagonistas, reflejar la historia y la memoria de aquellos colonos que participaron de la protesta; dando un sentido a la historia y ocupándose de resistir el olvido.
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