Política
Por Helena Bottemiller Evich, Catherine Boudreau y Sarah Ferris, para Politico
El secretario de Agricultura, Sonny Perdue, elogió el plan
de las “cajas de cosecha” como "un enfoque audaz e innovador" que les
daría a los participantes del SNAP el mismo "nivel de valor
alimenticio" que el sistema actual, a la vez que ahorra dinero a los
contribuyentes.
WASHINGTON, Estados Unidos.- La administración Trump propone
ahorrar miles de millones en los próximos años al proporcionar a las familias
de bajos ingresos una caja de alimentos no perecederos elegidos por el gobierno
todos los meses, en lugar de cupones de alimentos, según recoge un reportaje
publicado en la revista norteamericana Politico.
El lunes, el director de la OMB de la Casa Blanca, Mick
Mulvaney, elogió la idea como una que está a la altura de la era moderna,
llamándola un “programa de tipo Blue Apron”, un guiño a la empresa de entrega
de kits de comidas de alta gama que tuvo uno de los peores estrenos accionarios
en la bolsa en 2017 y ha tenido problemas para atrapar clientes.
Mulvaney dijo que el plan de la administración no solo le
ahorraría dinero al gobierno, sino que también proporcionaría a las personas
alimentos más nutritivos que los que tienen ahora.
La propuesta, insertada en el presupuesto fiscal para 2019
de la Casa Blanca, reemplazaría aproximadamente la mitad del dinero que la mayoría
de las familias reciben a través del Programa de Asistencia de Nutrición
Suplementaria (SNAP), también conocido como cupones de alimentos, con lo que el
Departamento de Agricultura llama “America´s harvest Box” (“Caja de cosecha de
Estados Unidos”). El paquete contendría “100% de alimentos cultivados y
producidos en EE. UU.” e incluiría artículos como leche (preservada),
mantequilla de maní, frutas y carnes enlatadas y cereales.
Pero el plan America’s Harvest Box, que el Departamento de
Agricultura de EE. UU (USDA) sostiene que ahorraría más de US$129 mil millones
en 10 años, no es muy comparable con las empresas de entrega de comida de
inicio como Blue Apron.Por un lado, la propuesta de la administración Trump no
incluye artículos frescos, como productos agrícolas o carne, que son el núcleo
de Blue Apron y sus competidores. Dichos productos caducan rápidamente y su
envío resulta increíblemente caro.
Cuando se le preguntó sobre cómo funcionaría la entrega, el
vocero del USDA, Tim Murtaugh, aclaró que los estados “tendrían flexibilidad”
en la forma en que deciden distribuir la comida entre los destinatarios de las
cajitas salvadoras.
En otras palabras, es casi seguro que el gobierno federal
no estaría aplicando el método de ningún tipo de sistema de entrega al estilo
Amazon. “Los ahorros proyectados no incluyen el envío puerta a puerta para
todos los destinatarios”, dijo Murtaugh.El secretario de Agricultura, Sonny
Perdue, elogió el plan de las “cajas de cosecha” como “un enfoque audaz e
innovador” que les daría a los participantes del SNAP el mismo “nivel de valor
alimenticio” que el sistema actual, a la vez que ahorra dinero a los
contribuyentes.
La idea de que el USDA proporcione a millones de personas de
bajos ingresos paquetes de alimentos a escala nacional no ha sido presentada
por “think tanks” conservadores, promovidos por la industria o solicitados por
administraciones anteriores. Murtaugh dijo que el concepto fue desarrollado
internamente en el USDA. El lunes, Mulvaney le dio crédito a Perdue durante una
sesión informativa en la Casa Blanca.
Quedan numerosas preguntas, por ejemplo, cómo se
personalizarán estas cajas para, pongamos por caso, una familia que tiene un
hijo alérgico a las nueces, o para aquellos que no comen ciertos tipos de carne
por razones religiosas o personales. La propuesta estaba tan fuera de lugar que
algunos que combaten contra el hambre, inicialmente, pensaron que era una
broma.
Kevin Concannon, que supervisó SNAP durante la
administración Obama, se horrorizó cuando vio la propuesta.“¡Santo dios! “,
estalló Concannon, quien dijo que le recordaba cuando los pobres tenían que
hacer fila y esperar a que los funcionarios locales distribuyeran alimentos y
otros beneficios sociales. “No sé de dónde vino esto, pero sospecho que la
gente cuando lo estaban dibujando también estaba mirando películas mudas”.
Otros defensores contra el hambre dijeron que el concepto es
una reminiscencia de las raciones de guerra o las sopas durante la Gran
Depresión. El Centro de Investigación y Acción de Alimentos, un prominente
grupo sin fines de lucro, llamó a la idea de las cajas “un sistema diseñado por
Rube-Goldberg”, el caricaturista estadounidense que dibujaba máquinas
estrafalarias, que resultaría “costoso, ineficiente, denigrante y propenso al
fracaso”.
En cuanto al material presupuestarios, el USDA dijo que
podría entregar este alimento a “aproximadamente la mitad del costo minorista”,
una afirmación que los defensores encontraron difícil de creer.
Los beneficiarios de estampillas para comida recibirían su
asignación mensual restante en tarjetas de débito que pueden usar en las
tiendas de comestibles, como lo hacen ahora.
La propuesta se aplica a los
hogares que reciben al menos US$ 90 por mes en beneficios, que cubre más del 80
% de los beneficiarios de SNAP, más de 16 millones de hogares.
“Esta propuesta se enfoca en asegurar que todos los
beneficiarios de SNAP reciban la comida nutritiva que necesitan con ahorros
sustanciales al aprovechar el poder adquisitivo del USDA y la abundancia
agrícola de Estados Unidos”, dijo Murtaugh a POLITICO.
Los minoristas de comestibles también se opusieron a la
propuesta, incluido el Food Marketing Institute, que representa a los
principales minoristas como Walmart, Kroger y Albertsons, donde se gastan
decenas de miles de millones de dólares en beneficios de SNAP cada año. La
industria argumenta que las cajas de alimentos empacadas por el gobierno
simplemente serían ineficientes.
Jennifer Hatcher, directora de política pública del grupo
comercial, dijo que los minoristas de comestibles habían trabajado con el USDA
y el Congreso durante muchos años para “lograr un sistema nacional, utilizando
infraestructura comercial y tecnología existente para lograr la mayor eficiencia,
disponibilidad y menor costo”.
“Quizás esta propuesta podría ahorrar dinero en una cuenta,
pero en función de nuestras décadas de experiencia en el programa, aumentaría
los costos en otras áreas que negarían cualquier ahorro “, dijo Hatcher.
Funcionarios de la administración señalaron que el USDA ya
distribuye productos básicos. Actualmente, estos alimentos se envían en gran
parte a escuelas, bancos de alimentos y otras organizaciones, que a su vez
distribuyen los alimentos a quienes los necesitan.
El Programa de Alimentos Suplementarios de Productos
Básicos, por ejemplo, envía cajas de alimentos a unos 600,000 ancianos de bajos
ingresos con la ayuda de bancos de alimentos y otras organizaciones sin fines
de lucro.
El presupuesto fiscal 2019 busca eliminar ese programa y combinarlo
con el programa propuesto.
Sin embargo, un plan para los beneficiarios de SNAP sería
una empresa exponencialmente más grande, que cubriría más de 16 millones de
hogares. Si bien las empresas de alimentación y entrega de comida se están
volviendo más comunes, su escala sigue siendo relativamente pequeña y se limita
en gran medida a las áreas urbanas. Blue Apron, por ejemplo, tiene alrededor de
1 millón de clientes.
También hay interrogantes sobre cómo el gobierno haría llegar
las cajas a los hogares rurales y remotos, y si el recorte de los beneficios de
SNAP gastados en las tiendas afectaría las tiendas de pequeñas y medianas
empresas en comunidades pequeñas.
“Esta acción no solo desestabilizaría los intentos de traer
más alimentos saludables y frescos a los hogares con inseguridad alimentaria de
Estados Unidos, sino que mantendría los dólares lejos de las tiendas de
comestibles locales y los mercados de agricultores, que son activos críticos
para todas las comunidades”, dijo Jordan Rasmussen, asociado de política en el
Centro de Asuntos Rurales, un grupo progresista de defensa rural.
Concannon, quien se jubiló del USDA al final de la
administración Obama, señaló que en última instancia le correspondería al
Congreso decidir si financiaría tal propuesta; algo que dijo que los
legisladores en Capitol Hill probablemente no estarían ni remotamente
interesados en crear.
“Incluso las personas que lo explican deben saber que las
posibilidades de que esto ocurra son las mismas posibilidades de que yo
condujera la próxima nave espacial que se lance desde la Florida”, dijo.
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