Con su nueva película sobre Juana
Azurduy, que se estrena en Sucre el 25 de mayo y en La Paz el 30, el director
Jorge Sanjinés busca recuperar la memoria de este personaje histórico. Además, el cineasta asegura que con este filme
desea también motivar a los bolivianos.
“La película llega en un momento
importante porque hay una suerte de decadencia moral, hay un problema de
desaliento moral en la sociedad boliviana. Recoger la memoria de una gran
heroína que nos pueda devolver el orgullo y la autoestima boliviana es importante”, asegura el cineasta.
Para encarar este proyecto, que Sanjinés tenía desde hace al menos seis años, se realizó una
investigación que demandó seis meses. En total, en la preparación de la película, bautizada como Juana Azurduy, guerrillera de la patria
grande, se tardó un año y medio. “Tardó
mucho porque hay que tener en cuenta que es una película de época. Nosotros no
tenemos una industria cinematográfica”, explica el director.
Debido a esa carencia, por
ejemplo, el equipo de producción tuvo que fabricar cañones y armamento del
siglo XIX. Lo mismo pasó con el vestuario. “Hemos usado telas de valor, por
ejemplo, hay uniformes de oficiales españoles hechos en paño. Hoy en día, la
tecnología ha desarrollado tanto la óptica que en una pantalla de proyección 4K
se advierte la calidad de la tela”.
El rodaje, que demandó ocho
semanas, marchó con suerte, ya que la
filmación sólo se detuvo por un día, ello debido a una nevada en la cordillera.
“Para el resto tuvimos una suerte extraordinaria; en una época en la que
todavía llovía tuvimos siempre el clima que estaba previsto”, recuerda.
Un buen clima era importante,
pues el equipo se desplazó por Tupiza, Presto, Sucre, La Paz, Cochabamba y la
cordillera. “Ha sido un rodaje muy feliz, ha sido una fiesta filmar con toda la
gente que ha trabajado”, asegura.
Uno de los lugares más especiales
del rodaje fue Tupiza, donde se filmó con más gente. “Casi todo el pueblo de
Tupiza ha participado en algunas escenas”. Esa ciudad, además, ofrecía las mejores posibilidades para
conseguir y mover una gran cantidad de caballos.
Para financiar el filme se
entablaron acuerdos con instituciones públicas y privadas, que aportaron, a
cambio de promoción, derechos de difusión y
publicidad, etcétera. El presupuesto original era de 10 millones de
bolivianos, pero sólo se consiguió la mitad.
Y para que el proyecto
avance se renunció a hacer determinadas
escenas e incluso se retrasó el pago de impuestos. “Si pagábamos los impuestos
sencillamente no se hacía la película. Tenemos algunas deudas fuertes que
esperamos resolver si es que el público de nuestro país nos apoya y concurre a
ver la película”, afirma Sanjinés.
El filme marca una nueva etapa en
la carrera del laureado director, que comenzó hace más de 40 años.
¿Qué es lo que más recuerda de sus inicios en el cine?
El Grupo Ukamau, que fue
conformado originalmente por Óscar Soria, Antonio Eguino, Ricardo Rada y mi
persona, se comprometió con un cine político en la primera etapa. Hemos
denunciado a través de nuestras películas muchas agresiones a nuestra sociedad
en esa primera etapa, en la que no había democracia. Después vino la democracia
y entonces tuvimos posibilidades de dedicarnos a otra temática, más profunda,
como por ejemplo se refleja en La nación clandestina, donde tocamos el tema de
la identidad de la nación; o el problema del racismo en Para recibir el canto
de los pájaros.
¿Qué representa Juana Azurduy en su trayectoria?
Ahora hemos entrado en una etapa
de recuperación de la memoria histórica porque nos parece fundamental que
nuestro pueblo, nuestra gente, nuestra juventud recuperen la memoria de los
grandes bolivianos, de las grandes bolivianas que han hecho historia y que son
los verdaderos padres de esta patria.
¿Por qué eligió a Azurduy?
Devolver la memoria de doña Juana
Azurduy es parte de ese proyecto. Siempre me ha interesado mucho, primero,
porque me pareció extraordinario devolver su lugar a una mujer en una sociedad
boliviana que ha demostrado ser bastante machista. Es una mujer que desafía, en
pleno siglo XIX, los convencionalismos coloniales religiosos, que se hace
militar, una militar extraordinaria que manejaba mejor el sable que muchos
hombres, una mujer que lucha por la independencia del Alto Perú como un bravo
militar, pero sin dejar de ser madre, sin dejar de ser mujer.
¿Hay información sobre ella?
Sobre Juana Azurduy no hay mucha
literatura. Por eso decidimos no hacer un documental, sino una ficción con
basamento histórico. Hemos llenado con la imaginación espacios vacíos, de los
que no se sabía nada, lo que nos ha permitido plantear la película como una
tesis, como una interpelación a la República, a toda la etapa republicana, no
solamente de Bolivia, sino de todo el continente.
¿Cómo nació la República de Bolivia?
En los 15 años de lucha contra
los colonizadores participaron 102 jefes guerrilleros. Cuando nace la República
sólo estaban vivos nueve, entre ellos doña Juana. Algunos de esos comandantes
pelearon contra los españoles porque querían reemplazarlos en su dominio del
poder político y económico. Doña Juana no pretendía eso, ni su esposo, don
Manuel Ascencio Padilla. Ellos pelearon por la independencia perdiendo todo lo
que tenían porque era gente pudiente, tenían como seis fincas antes de comenzar
la guerra. Y perdieron todo, les confiscaron. Ella perdió a sus hijos durante
la guerra, perdió a su marido. Sin embargo, ella no perdió el ánimo de luchar
por la independencia.
¿Y cómo vivió la fundación?
Cuando Bolívar llegó a la
conmemoración en diciembre de 1825 y fue homenajeado con bailes y banquetes, le
extrañaba mucho que doña Juana Azurduy no estuviera presente. Él decía: “¿Y
dónde está la heroína, doña Juana Azurduy?”. Quería conocerla y nadie quería
darle razón. ¿Por qué? Porque quienes organizaron esos festejos no eran los que
habían peleado por la independencia. La mayor parte de los que habían peleado
por la independencia estaban muertos; eran los criollos, hijos y sobrinos de
los colonizadores los que se quedaron con el poder. Y por eso esta gran heroína
fue olvidada, arrinconada. Hasta que murió a los 82 años, ella siempre estuvo
interpelando a ese poder y a esa usurpación, por eso dijo: “Los verdaderos
padres de esta patria no han podido construirla”.
1.000 extras
Casting Los protagonistas son
Piti Campos, Fernando Arze, Jorge Hidalgo y Cristian Mercado. Además
participaron 30 actores secundarios y se empleó a 1.000 personas como extras.
Música La banda de la película
fue compuesta por el maestro Cergio Prudencio, que participó en anteriores
películas de Sanjinés.
Financiamiento Se establecieron
acuerdos con entidades públicas y privadas, que a cambio de promoción,
publicidad o derechos de difusión aportaron fondos.
Proyecciones El filme Juana Azurduy también será exhibido
en las poblaciones de Tupiza y Presto.
Proyecto Sanjinés está a punto de terminar un guión
sobre Pablo Zárate, el temible Willka.
“El apoyo estatal al cine es coyuntural”
A diferencia de lo que ocurre en
otros países, en Bolivia el Estado no destina recursos para apoyar al cine
nacional de manera institucionalizada. “No hay un apoyo orgánico muy fuerte, es
coyuntural el apoyo que hay del Estado”, dice
el director Jorge Sanjinés.
“Para darle una idea, en Brasil
destinan todos los años 350 millones de dólares para apoyar su cine nacional,
buena parte de ese dinero a fondo perdido porque saben que el cine no es una
fábrica de salchichas”.
Sin embargo, Sanjinés explica que
hay un proyecto de ley de cine que ha sido consensuado entre los cineastas
bolivianos y las autoridades políticas del área cultural. “Si eso se logra se
puede establecer un fondo rotativo, que todos los años se repita, se renueve
para financiar proyectos de cine; así podríamos tener un mayor y mejor cine boliviano”.
En el anterior filme de Sanjinés,
Insurgentes (2012), Juana Azurduy aparecía junto a indígenas como Eduardo Nina
Quispe o políticos como Gualberto Villarroel. Pero, la aparición del presidente
Evo Morales generó dudas entre la crítica. “Ha habido mucha susceptibilidad,
como hay mucha susceptibilidad respecto al proceso político que vive el país”,
explica el director.
Se trata de una película que ha
sido mal criticada, afirma Sanjinés. “El objetivo de la película no es el que
dicen los críticos ponzoñosos que hemos tenido, si fuera así, no habría ganado
en importantes festivales que participó”.
El filme ganó el primer lugar en
el Festival Internacional de Cine Político 2013 y obtuvo reconocimientos en el
Festival Unasur de Cine 2013, ambos de Argentina. En realidad, Insurgentes,
“devuelve una memoria de una historia”. Para Sanjinés, el hecho de que un
indígena como Evo Morales haya llegado a la presidencia no es una virtud de su
persona, ni de su partido. “Es el producto de una lucha de más de 220 años, eso
es lo que muestra la película”, argumentó.
“No hemos hecho una película para
el señor (Morales), hemos hecho una película que recoge la lucha del pueblo
para conquistar espacio soberano de los indios en el país”.
Publicado en Página
Siete
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