Desde 1991, fecha del primer viaje, 800 familiares
visitaron a sus seres queridos, caídos en combate y sepultados en el cementerio
de Darwin.
Unos 800 familiares de caídos
en la guerra de Malvinas viajaron a lo largo de estos 30 años a las islas para
visitar el cementerio de Darwin y honrar la memoria de los 649 muertos durante
el conflicto.
Los viajes fueron organizados
por la Comisión
de Familiares de Caídos en Malvinas, que congrega a unas 550 familias y es
presidida por Delmira Cao, la madre del soldado maestro, Julio Cao, cuya famosa
carta a sus alumnos será leída desde este año en todas las escuelas en homenaje
a los caídos.
En Darwin se encuentran
enterrados 237 combatientes -de los cuales 123 no están identificados- pero un
monumento con enormes placas negras, inaugurado en 2009, recuerda el nombre de
todos los muertos en el conflicto, incluidos los 343 tripulantes del General
Belgrano, cuyos restos quedaron en el océano.
Según datos de la comisión, que
tiene a su cargo la administración del cementerio, desde que terminó la guerra
se realizaron un total de 27 viajes a Darwin con familiares y 2 a la zona del
hundimiento del crucero.
A modo de balance de estos 30
años, el apoderado de la comisión, César Trejo, señaló que los familiares de
los caídos "han transitado este tiempo con un duelo que encontró el
necesario anclaje en la comprensión de que la pérdida personal tiene que ver
con un proceso histórico, que nos excede a cada uno".
"Para cerrar el dolor
personal hace falta esa mirada histórica, porque perder un hijo significa para
cualquier persona el mismo dolor, pero cuando se encuentra un sentido en el
contexto de la historia, empieza a tener una diferenciación con la muerte por
un mero accidente", sostuvo.
La comisión de familiares se
conformó apenas concluida la guerra, en los mismos cuarteles o unidades
militares donde padres, madres y hermanos se congregaban para buscar
información sobre los seres queridos que no regresaron al continente.
"Rápidamente se
materializó la necesidad de ir a las islas", recordó Trejo, y enseguida
recordó que el primer intento fallido fue en 1983, cuando el barco Lago Lacar
casi vuelca con 80 familiares a bordo por las difíciles condiciones climáticas.
Tras un largo período de
negociaciones entre los gobiernos argentino y británico, el primer viaje de 381
familiares se realizó finalmente en marzo de 1991, coordinado por el Comité
Internacional de la Cruz
Roja.
"A partir del ´96 se
hicieron viajes más cortos con vuelos charters y desde el ´99 vinieron los
vuelos regulares", indicó Trejo, en referencia al acuerdo entre ambos
países que reestableció los contactos aéreos semanales, con escala en Río
Gallegos.
En 2009, se inauguró en
Darwin un viejo anhelo de la comisión de familiares: un cenotafio que tardó 6
años en construirse en el continente, a cargo de los arquitectos Mónica Cordero
y Carlos D`Aprile, y que consta de dos muros curvos de 26 metros de desarrollo
y una altura de 2 metros, con 24 placas de granito que tienen grabados los
nombres de los caídos en orden alfabético.
En el centro de los muros se
levanta una cruz de 3 metros y en el extremo derecho se encuentra la ermita
donde fue entronizada una imagen de la Virgen de Luján que recorrió 63 mil kilómetros en
el continente, desde la Quiaca
hasta la Base Marambio
en la Antártida.
Si bien la comisión respeta
el pedido de un grupo de ex combatientes -liderados por el CECIM de La Plata- de identificación de
los soldados que permanecen como NN -con la leyenda "Soldado argentino
sólo conocido por Dios"- advirtieron que "siempre existe el peligro
latente de reabrir heridas de familiares que ya construyeron ese duelo".
"Si se convierte en un
festival de huesos será algo muy oprobioso y doloroso. Vamos a acompañar el
pedido sólo si existe unanimidad entre los familiares y se hace en un marco de
respeto, resguardando la sensibilidad de todos", advirtió Trejo.
A diferencia de lo que
piensan los ex combatientes, que solicitaron la intervención del Equipo
Argentino de Antropología Forense para la identificación, los familiares
sostienen que "no se puede equiparar" los muertos de Malvinas con los
desaparecidos durante la dictadura militar.
"No hay un problema de
identidad, sino de identificación de las tumbas. No hay desaparecidos en
Malvinas y el motivo de las muertes fue distinta" explicó Trejo, aunque
reconoce la existencia de abusos y torturas de soldados por parte de sus
propios superiores, y que en algún caso la muerte se pudo haber producido por
esos motivos.
Pese al 30 aniversario, no
hay previsto para este año ningún nuevo viaje de familiares, a la espera de una
definición en el tema de los vuelos regulares que llegan a las islas.
Fuente: Radio Publica
Publicado:FM Universo 94.3-RamonA.Bohle-Edid A. Medina
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