La Masacre de Oberá
Hoy
es un día de dolor para la zona centro de Misiones y en especial para Oberá.
El
15 de marzo de 1936, hace 76 años, un numeroso grupo de colonos decidió hacer
público su reclamo por mejores precios para el tabaco, una correcta mensura de
las tierras y la eliminación del impuesto que se aplicaba a las nuevas
plantaciones de yerba.
Era
un domingo y las familias de colonos salieron de modo pacífico desde Los
Helechos, Campo Viera y Alem. Venían caminando y con carros con la intención de
llegar al mástil de Oberá para hacer pública su situación de total
desprotección y abandono. La mayoría de ellos eran inmigrantes, ucranianos, rusos,
entre otros. Días antes habían
organizando la actividad para que todo saliera en paz y tranquilidad. En
el camino se fueron sumando cada vez más personas, hombres, mujeres, niños,
ancianos. Hasta habían hecho los pedidos correspondientes para manifestarse e
inclusive tenían el permiso del comisario local.
Las
columnas llegaron por la ruta y se concentraron en el cruce donde hoy está
ubicada la terminal de onmibus de Oberá. Caminaron por la avenida Misiones
rumbo al centro. Pero al llegar a la hoy plaza Malvinas Argentinas, fueron
recibidos violentamente por la policía y algunos comerciantes, que comenzaron a
disparar contra ellos. Los colonos, desprotegidos y desprovistos de armas,
empezaron a correr por los montes para esconderse donde fuera posible. Aún así
la represión y la violencia no cedió. Los persiguieron por los montes y aún
días después siguieron visitando sus casas y chacras para darles un merecido
por el simple hecho de atreverse a pedir por lo que era justo y correspondía.
La
represión generó un número de muertos de parte de los colonos que nunca se pudo
precisar, entre ellos una niña de 12 años de edad.
Este
hecho pasó al olvido e inclusive es difícil encontrar personas que conozcan esa
historia. Por esta matanza no hubo nadie que haya sido condenado o juzgado.
Hoy
es importante recordar una vez más que los pueblos que no recuerdan su
historia,corren el serio riesgo de volver a cometer los mismos errores. No se
puede mantener silencio sobre la injusticia y el dolor de los inocentes.
Por
eso es nuestro deber recordar la memoria de aquellos hombres y mujeres que
soñaban con algo mejor para las futuras generaciones y al final terminaron
encontrando violencia y muerte.
A
75 años de aquel hecho trágico, doloroso, bochornoso, nuestra responsabilidad
es recordar la dignidad de aquellos colonos y sus familias. Aquellos que fueron
asesinados y los que tuvieron que escapar y esconderse durante meses para
evitar la persecución. Es nuestra responsabilidad tener en alto aquella
voluntad de búsqueda de un mejor mañana.
En
la Biblia dice
que si nosotros callamos las piedras son las que terminan gritando. Ante la
injusticia (la de antes y la de ahora) no podemos callar. No sea cosa que las
piedras terminen hablando ante nuestro silencio cómplice. Por eso recordemos
hoy a esos hermanos, para que juntos podamos aprender a respetarnos los unos a
los otros, más allá de nuestra diferencia y condición social
Publicado:FM Universo 94.3-Ramon A. Bohle-Edid A. Medina
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