¡PRESENTE! HOY Y HASTA LA VICTORIA SIEMPRE. MURIÓ ACRIBILLADO A BALAZOS
POR LA "TRIPLE A". INTEGRABA EL MOVIMIENTO DE SACERDOTES DEL TERCER
MUNDO. SE CUMPLEN 46 AÑOS. TE EXTRAÑAMOS.
El 11 de mayo de 1974 fue emboscado cuando se disponía a
subir a su auto Renault 4 azul estacionado en la puerta de la iglesia de San
Francisco Solano de la calle Zelada 4771 en el barrio porteño de Villa Luro
donde acababa de celebrar misa. Falleció poco después, en el hospital Juan F.
Salaberry del vecino barrio de Mataderos.
La organización de derecha Alianza Anticomunista Argentina
(La Triple A), orientada por el ministro José López Rega, fue la autora del
atentado y su brazo ejecutor fue Rodolfo Eduardo Almirón, autor material del
crimen, uno de los cabecillas de dicha organización. Mugica fue baleado con una
ametralladora Ingram MAC-10. Los proyectiles le afectaron abdomen y tórax;
trasladado al hospital, falleció a los pocos minutos. Ese modelo de arma era el
utilizado en atentados por la Triple A.
Los testimonios de Ricardo Capelli y Maria del Carmen Artero
de Jurkiewicz, amigos y colaboradores de Carlos Mugica, incriminaron
directamente a Rodolfo Eduardo Almirón, sindicado como el autor material del
asesinato de Mugica y jefe operativo de la Triple A. Fue extraditado desde
España y murió en la Argentina en 2009, tras haber pasado detenido en prisión
un breve lapso y ser beneficiado con el arresto domiciliario.
El 9 de octubre de 1999 los restos de Carlos Mugica se
trasladaron desde el cementerio de la Recoleta hasta la parroquia Cristo Obrero
de la Villa 31 de Retiro, donde descansan actualmente. El traslado hasta ese
sitio, donde el sacerdote había desplegado su mayor actividad como «cura
villero», había sido sugerido por el Equipo de Sacerdotes para las Villas de la
Arquidiócesis de Buenos Aires, y fue encabezado por el entonces arzobispo Jorge
Mario Bergoglio.
Fue uno de los 270 sacerdotes que el 31 de diciembre de 1967
adhirieron al Mensaje de los 18 Obispos del Tercer Mundo, número que meses
después alcanzó 400 que desde abril de 1968 decidieron llamarse Movimiento de
Sacerdotes para el Tercer Mundo y conformaron un Comité organizador.
Fundó la Parroquia de Cristo Obrero, reafirmando "la
opción por los pobres". Junto a los padres Benítez (que fuera confesor de
Evita), Adur y Ricciardelli, que ofició el funeral de Abal Medina y Ramus.
En referencia al tema de la lucha armada, en el Movimiento
de Sacerdotes para el Tercer Mundo —al que Mugica pertenecía— existía una
gradación de posturas de los sacerdotes enrolados, desde las radicalizadas
hasta las moderadas, situación que continuaría luego de la muerte de Juan
Domingo Perón en 1974. A diferencia de otros sacerdotes tercermundistas como el
padre Alberto Carbone, asesor nacional de la Juventud de Estudiantes Católicos,
que mantenían un contacto más cercano con las llamadas «formaciones
especiales», Mugica se alejó de la justificación teológica de la violencia
armada.
Además de su tarea pastoral en la entonces Villa del Puerto
que ocupaba los terrenos linderos al ferrocarril que rodeaban el edificio de
depósito del Correo, en la década del 60 Mugica era asesor espiritual de la
Juventud Estudiantil Católica del Colegio Nacional de Buenos Aires y de la Juventud
Universitaria Católica de la Facultad de Medicina.
En 1964, la JEC del Buenos Aires tomó fuerza con el ingreso
de Carlos Gustavo Ramus, que llegó a ser su Presidente, incorporando a Mario
Eduardo Firmenich, entre otros. Años más tarde, bajo la dirección de Fernando
Abal Medina, éstos fundarían la célula primigenia de la organización armada
Montoneros. A su vez integraron a compañeros de lo que luego sería la promoción
1967, como el "Tala" Ventura y Miguel Talento, que ya en la
Universidad conducirían la Juventud Universitaria Peronista, rama universitaria
de la Tendencia Revolucionaria de la Juventud Peronista, y la conducción de
Montoneros.
Mugica formó a esos jóvenes en la cosmovisión de Pierre
Teilhard de Chardin, en el humanismo de Jacques Maritain, y en la doctrina del
compromiso con el mundo de Emmanuel Mounier, Yves Congar, y Michel Quoist,
teólogos de cabecera de las nuevas generaciones.
Lo recordamos con su oración:
"Señor: Perdóname por haberme acostumbrado a ver que
los chicos parezcan tener ocho años y tengan trece.
Señor: perdóname por haberme acostumbrado a chapotear en el
barro. Yo me puedo ir, ellos no.
Señor: perdóname por haber aprendido a soportar el olor de
aguas servidas, de las que puedo no sufrir, ellos no.
Señor: perdóname por encender la luz y olvidarme que ellos
no pueden hacerlo.
Señor: Yo puedo hacer huelga de hambre y ellos no, porque
nadie puede hacer huelga con su propia hambre.
Señor: perdóname por decirles 'no sólo de pan vive el
hombre' y no luchar con todo para que rescaten su pan.
Señor: quiero quererlos por ellos y no por mí.
Señor: quiero morir por ellos, ayúdame a vivir para ellos.
Señor: quiero estar con ellos a la hora de la luz.".
(Fotos: su rostro y durante la visita de los 60 integrantes
del Movimiento Sacerdotes del Tercer Mundo a Perón, con el NDM y con el
Movimiento Villero Peronista)
No hay comentarios:
Publicar un comentario