Lo afirmó en diálogo con Luciano Galende en Mañana más, un
referente de la revista La Garganta Poderosa. Dijo que pretendían la
difusión del tema para evitar que se “armara la causa”.
Agregó que, el escrito publicado para recordar a Kevin
Molina, se redactó en el medio del dolor del sábado a la mañana entre
familiares, amigos y vecinos.
Destacó que no pretendían que el niño se hiciera famoso,
sino “para que la
Prefectura no tuviera 48 horas para armar la causa que
quería, para entrar a la casa como entraron, para robarle a la madre dos
teléfonos y cien pesos mientras ella llevaba a su pibe al hospital y para que
ahora no sea eso lo que le van a presentar a la justicia”.
“Nosotros por eso necesitábamos que se hicieran eco, no
porque discutir medios está de moda y hasta el lunes a la tarde no nos llamó
nadie” subrayó.
Además explicó que “nos dejaban mensajes en Facebook,
nosotros veíamos que estaba en el muro personal de muchos periodistas pero no
estaba en ningún diario”.
A continuación, el texto completo:
¡NOS MATARON A KEVIN!
Temblamos, lloramos, gritamos, no podemos más. Tenía 9 años,
de luz, de risa, de paz. Aterrado y meado, estaba acurrucado, bien refugiado,
como cada vez que lanzan para estos lados las batallas que digitan desde sus
barrios privados. Para no ver nada, se mantuvo escondido debajo de una mesada,
aun cuando todos estábamos reclamando que la Prefectura interviniera
en lo que estaba pasando. Pero aparentemente no era una cuestión de guita,
porque se quedaron en la garita. Y en el segundo tiroteo, totalmente anunciado,
Kevin Molina resultó baleado. Un tiro en la cabeza, en el medio de la pobreza.
Y no, no se fue "otro pibe". Se fue un pibe, que era único, tierno,
irrepetible. Nos quitaron a un sobrino, a un hijo, a un chiquito de tercer
grado, por otro enfrentamiento que perfectamente se pudo haber evitado. ¿Fue
culpa de los narcos? ¡Vayan a buscarlos donde guardan sus barcos! ¿O van a
proponer más uniformados? ¡Para qué mierda están por todos lados! ¿O van a
decir que fue el "contexto de peligrosidad"? Le faltaban 9 años para
ser mayor de edad.
¿Dónde estarán ahora los que vienen a la villa para hacer
sus crónicas malditas? Vengan a ver cómo está su madre, sus amigos, sus
hermanitas, pero van a tener que embarrarse los zapatos en esos pasillos
inundados que la gorra sólo camina para cerrar sus negociados. Toda Zavaleta
está destrozada, llorando sangre y sintiendo que nada sirve para nada, que
podemos marchar a tribunales o explotar en las redes sociales, pero seguiremos
siendo "los marginales". ¿O van a decir que acaso fue un caso
aislado? ¡Qué quilombo armarían si hubiera pasado en otro lado!
Nos mataron a Kevin, la concha de su madre, acá, en la
casilla de la tira 6 que compartía con sus hermanos, justito atrás de la
"Plaza Kevin" que ayudó a construir con sus propias manos. Y que no
se llamó "Kevin" por él, sino por un amiguito suyo que hace 4 años
perdió la vida, por otra "bala perdida". Aquel día, este Kevin, Kevin
Molina, escuchó ese disparo desde la habitación que se volvió nuestra redacción,
pero creyó entonces que habían matado a un perro. Y pálido, dijo: "Mataron
al pedo". Sin querer, adivinó: pronunciaba mal la erre, pero no se
equivocó. Hablaba hermoso, era flaquito, vivía sonriente, le faltaba un diente.
Corría rápido con sus patitas, a la hora de las "gatetitas". Y
participaba del espacio de apoyo que se daba cerca de su casa, desde el día que
su amigo se convirtió en esa plaza. Todo este amor, ahora es dolor.
Vengan si quieren discutirlo, o al menos sentirlo, que nos
van a encontrar parados de manos, gritando que actualicen los Derechos Humanos,
porque sus Fuerzas de Seguridad están al servicio de cualquier cosa, menos de
nuestra comunidad. Ya habrá tiempo para denunciar lo que vimos y vivimos, pero
hoy sentimos que también lo perdimos por todo lo que no hicimos, lo que no
pudimos o lo que no supimos. Desde ahora y para siempre, lo llevaremos en la
piel: si Kevin murió por nosotros, nosotros vamos a vivir por él.
Fuente :Radio Publica
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