09 11 2012
¿Qué es la seguridad? ¿Cómo es la historia argentina? ¿Qué es la
libertad? Algunas respuestas sorprendentes pudieron conocerse ayer en la marcha
que copó el centro porteño exhibiendo su rechazo al actual gobierno como tema
unificador, evento que confirmó que lo masivo, lo popular y lo diverso pueden
ser cosas bien diferentes. Además de recorrer el acto, lavaca entrevistó
a integrantes de movimientos sociales y comunitarios argentinos. Algunos
apuntes sobre Clarín y de
qué modo se entienden los temas cruciales de la actualidad, cuando se razonan y
sienten las cosas lejos del monocultivo temático de los medios y la agenda
política porteña.
Escena 1: queremos libertad
El hombre
canoso y dos mujeres caminan con unas remeras en las que se lee en
grandes letras: “Queremos libertad”.
¿En qué consiste su reclamo?
(Sorprendido ante la pregunta
que pensé obvia) Bueno, la libertad tiene muchos aspectos. Es muy
amplio ¿no?
¿En qué no se respeta su libertad?
Bueno, cuando
me cercenan en qué puedo usar mi dinero. Si quiero comprar o vender un
departamento, hacer una inversión, estoy cada vez más restringido. Libertad es
poder circular por el país.
¿Y usted no puede?
Pero aparece un
piquete, un acto.
Este es un acto, aquí no circulan los autos.
Pero es
distinto cuando te invaden, cuando un piquete cercena tu libertad. Libertad es
que puedas decirle a las autoridades policiales que hagan algo si no quiero que
me limpien el parabrisas. Y si no le das una moneda terminan insultándome o
escupiéndome. Eso es falta de libertad.
Julio asegura que es docente, y que el problema es que la
libertad se convirtió en libertinaje. (Siguiendo
el razonamiento, acaso la cuestión no esté en la docencia sino en el docentaje).
“Nunca hubo una libertad tan restringida como ahora”. Le recuerdo que para
hacer inversiones –su tema- hubo un momento complicado llamado corralito. Y
que, en general, hubo otro momento espinoso para la libertad, llamado
dictadura: “Ah, no, pero yo en política no me meto”.
Yo creo que me
quejé, pero tampoco era como hoy tan manifiesto lo restringido de la libertad.
Pero por lo que veo, usted se expresa con total libertad.
Bueno, es
cierto. No sé el día de mañana. A veces te presionan. Y si te presionan, hoy
hay libertad, pero mañana no sé.
Fin de la
charla, me declaro incompetente.
Escena 2
Liliana y
Mariana reclaman en un cartel: “Si defienden el derecho a voto a partir de los
16 años, defiendan el derecho de los ciudadanos a que se castigue a los menores
cuando cometen un crimen”.
-Señora, ¿los ciudadanos tienen que castigar a los menores?
-A ley pareja
nadie se queja.
-Qué piensa cuando hay chicos de sectores vulnerables
desaparecidos en esta época, como Luciano Arruga, Iván Torres, Diego Duarte,
Daniel Solano?
-(Mira la propaganda de Pepsi)
Mire, si es por vulnerables, tendríamos que hablar de la gente que habita el
país desde sus comienzos, que no está protegida.
-(Con perplejidad HD) ¿Usted me está hablando de
los pueblos originarios, los mapuche?
-Y bueno,
respetemos también a los mapuche.
Mariana
clarifica la antropología:
-Y a los prefectos
y a los gendarmes.
Escena 3
Un grupo de unas 20 personas tienen remeras negras que reclaman
por la Fragata
Libertad. “Somos un grupo político, pero no tenemos nombre”,
me dice uno de ellos. Le digo que no entiendo (mi estado habitual a esta altura). “Somos ciudadanos
independientes, hacemos política de acuerdo a lo que pensamos”. Miro bien la
remera, el hombre me muestra que hay una firma en todas ellas, a la altura del
ombligo. Jorge Garayalde, del Pro: nueva sastrería de ciudadanos
independientes.
Respetemos a la clase media
“Para ayudar a
las clases bajas, respetemos a la clase media”, dice el cartel de Matías, 28
años, trabaja en una empresa de Internet en digitalización de sonido. “Tiene
que haber reglas. La gente se rompe el culo y después te joden con el dólar, se
ve perjudicada la clase media trabajadora”.
¿En qué te perjudica?
Hay
inseguridad.
Pero me hablabas del dólar.
Pero también
hay inseguridad. Y si por ejemplo quiero viajar a Chile de vacaciones, no puedo
comprar dólares. Este es un gobierno socialista que pierde el respeto a las
reglas de juego. Le dan plata a las clases bajas, pero perjudican a las
otras.
Oferta de pizza
Ejemplo de lo
que decía Martín: pasa un joven y me da un volante de pizza a 22 pesos. Se ríe
mirando a la gente. Su nombre es Matías. ¿Qué te parece la marcha? “Todo bien,
pero la verdad es que en mi barrio en Florencio Varela, nadie dio tantas cosas
como Cristina: trabajo, educación. Ni ahí quiero que la echen estas
personas. Que compren pizza y se queden tranca”.
Pasa otro
muchacho con un cartel: “Gobierno + 8 N = Argentina”.
Dos rarezas
Veo un muñeco
que tiene el emblema de La
Cámpora , y los de Barrick Gold, Cargill, Monsanto, IRSA.
Detrás llevan una bandera donde se lee “Barrick se escribe con K”. Martín
Lerena explica: “Somos Bastión, un grupo juvenil nacionalista. No somos ni de
izquierda ni de derecha. No estamos con Macri ni con Cristina. Queremos que no
le sigan regalando todo a las multinacionales. En minería, tiene que ser
sustentable, estatal, y la renta que quede aquí. No somos esbirros de la
derecha ni serviles liberales”, dice con jerga de otras primaveras. “También
estamos contra la soja. Queremos una patria justa, libre y soberana”.
Un poco más allá Marcela se presenta como feminista del grupo Ni
una mujer más víctima de las redes de prostitución. Su
cartel plantea: “Las desaparecidas no tolerarían las violaciones a los derechos
humanos que hoy comete el Estado. La lucha continúa”. Le digo que mucha de la
gente que marcha no parece inspirada en los derechos humanos. “Pero bueno, es
una marcha diversa. Para nosotras es importante que se hable de desaparecidos y
que se sepa que el Estado comete violaciones”.
Raúl Castells
con su Movimiento de Jubilados y Pensionados había sido el más veloz para
captar a las cámaras planteando justamente la cuestión jubilatoria. Había
llegado en un viejo Ford Sierra con altoparlantes y cumbia. Se quedó con el
rating inicial del acto.
Lejos de Plaza de Mayo, qué piensan del 8N: Esquel, Iberá, Neuquén
Marta Sahores integra la Asamblea No a la mina, de Esquel. Desde allí dijo
a lavaca: “Hay temas de la actualidad que son
positivos, como la ayuda por hijo y el juzgamiento por temas de derechos
humanos. Nosotros hemos decidido no acompañar esta protesta. No estamos de
acuerdo con el gobierno, pero no por eso vamos a marchar con la derecha y
grupos golpistas como Cecilia Pando. Seguimos defendiendo la tierra, el agua,
el medio ambiente, la vida de las futuras generaciones, y vamos a pedirle a
este gobierno que escuche la voz del pueblo, pero no por eso estamos del lado
de esta gente”.
Dos demonios
Marta no deja
por eso de cuestionar a la
Presidenta : “Da la imagen de soberbia, se lleva todo por
delante, tiene una forma que parece autoritaria. Yo diría que se merece estas
reacciones, en el sentido de que no se cuida –el gobierno, no sólo ella- de
escuchar a los demás. No todo el que discute es gorila. Terminás en una teoría
de los dos demonios. Y hay gente bien intencionada que me ha dicho: ‘el reclamo
es la única forma de expresar mi descontento’. Y algo de razón tiene el que piensa
así”.
Clarín
Marta Sahores,
de Esquel: “No me cabe la menor duda de que Clarín debe estar atrás de todo
esto, serían tontos si no lo hicieran. Pero quien da pie a que mucha gente
apoye estas medidas es el gobierno. La Presidente y su equipo dejan en la vereda de
enfrente a gente que hasta la votó. O sea, Clarín hace lo suyo, pero el
gobierno tiene responsabilidad”. En todo caso, oficialismo y oposición
mediática coinciden en ignorar la enorme movilización social generada en Esquel
y en otros puntos del país contra el avance minero. “Clarín fue este año a
Famatina, pero no es que nos apoye sino que le convenía para jorobar al
gobierno”.
Lo masivo y lo popular
Desde
Concepción, en Corrientes, Emilio Spataro comparte ideas: “El 8N no existió en la Argentina profunda. No
es parte de la realidad ni la agenda ni las conversaciones. Lo que distingo es
que no todo lo masivo es popular. No me sorprende que la derecha, que no tiene
partidos, se vea impulsada por los medios grandes. Pero es triste que
compañeros que han estado del lado de los movimientos sociales supongan que se
puede emparentar esto con el 2001” .
Piquetes vs piquetes
En todos los
casos, lo que parece en juego es el derecho a manifestarse libremente. Emilio:
“Lo que yo distingo es la legitimidad. Como pasó en 2008 y los piquetes de la Sociedad rural. Una cosa
es un piquete en una población desesperada y sin herramientas para hacerse oír.
Algo muy distinto es un piquete de un sector económico que quiere mantener sus
privilegios”.
Rural; ¿te copás?
Spataro no
habla en defensa del gobierno: “Pero tengo claro dónde están los enemigos. Por
eso no puede haber unidad de acción. Es cierto que la calle es de todos, la
queja ante el gobierno puede ser de todos, pero no hay un programa contra el
gobierno. No tenemos nada que compartir con ese sector. Queda seguir
construyendo nuestro propio sueño. No va a decirle a la Rural ‘¿te copás con no
avanzar con la soja, no eliminar bosques y no ser tan capitalista?”
Centro y periferia
Viviana Vaca es
asambleísta de Loncopué, donde este año un referéndum minero obtuvo el 83% de
los votos prohibiendo la megaminería.
“Es importante
que todos se manifiesten. Pero creo que los reclamos de la gente de las
ciudades son distintos que los del interior. Hay una oposición, una polarización,
donde todo se mueve entre el 8 N y el 7 D pero, entre los que están con Clarín
o con el gobierno, pero hay un montón de ciudadanas y ciudadanos que no estamos
en eso. Yo creo que es buenísimo que haya una ley de medios que democratice la
información, pero tampoco quiero que saquemos a un monopolio, simplemente para
que haya otro”.
Sobre la Presidenta : “Es
inteligente, le haría muy bien reconocer y decir que hay inflación, y vamos a
pelearla. En cambio negar el problema genera bronca”. Para Viviana el problema
del modelo va más allá: “El modelo extractivo no es un problema de los K sino
del país. Ningún un político plantea algo diferente. No digo que sea fácil,
pero volvemos a lo anterior: al menos reconocerlo. Pero no, todos se dan la
mano. Propaganda oficial minera y propaganda de Barrick, y Clarín en sintonía.
Ahí están los monopolios: empresas multinacionales que vienen por una segunda
colonización”.
¿Y quiénes se
oponen? “Las comunidades, aunque ni los gobiernos ni los medios las tengan en
cuenta. Al final siempre son las comunidades las que plantean cómo es que se
pueden pensar y hacer las cosas de un modo distinto”.
Fuente:La Vaca
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