(Por Thomas Castroviejo, Yahoo! Noticias España) Si bajarse de la cama con el pie izquierdo da mala suerte, imaginate qué puede suceder al saltar de la cama y caer en un agujero de más de 12 metros. Eso es lo que casi le pasó el lunes a una mujer de Guatemala llamada Inocenta Hernández.
Esta abuela de 65 años estaba en su casa cuando escuchó un ruido estremecedor, parecido al de una explosión. Inocenta salió al exterior pensando, naturalmente, que de ahí venía el ruido. "Parecía el estallido de una bombona de butano o el choque de dos coches en la carretera", diría más tarde.
Pero no, tenía el problema en casa. Cuando volvió, se encontró con un agujero de casi un metro de diámetro y 12 de profundidad justo debajo de su cama.
Misterioso agujero en el domicilio de un matrimonio de Guatemala
Todo lo demás estaba intacto. Los muebles y las paredes, en pie, como si no hubiera pasado nada. Sus nietos, que estaban jugando junto a la cama, también estaban a salvo. Pero ahí estaba el espontáneo cráter, por arte de magia ahí estaba, de forma perfectamente circular.
Se trataba de una dolina, una repentina depresión del suelo causada por tormentas tropicales muy frecuentes en Guatemala. Pueden medir desde un par de centímetros a varias hectáreas de diámetro. Algunas han llegado a tener 30 metros de profundidad.
Inocenta tuvo suerte: la suya es relativamente pequeña. Hubo otra más grave en su misma ciudad en mayo de 2010 que se llegó a tragar varios edificios e incluso un cruce de carreteras. "Gracias a Dios, sólo ha habido daños materiales", le ha dicho Inocenta a la agencia de noticias France Presse.
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