El ganador de seis medallas olímpicas en natación quiere
repetir en los próximos Juegos Paralímpicos, compitiendo esta vez para ciclismo
La campaña #InconformistasDelDeporte pone de relevancia la
importancia del deporte paralímpico dando voz a sus protagonistas
JOSEP COVES
Actualizado a 03-12-2019 18:21
Y de repente... ¡zas! La vida de Ricardo Ten dio un giro de
180 grados a los ocho años, cuando jugaba con su primo y sufrió un accidente
eléctrico con un cable de alta tensión. El resultado: un 75 por ciento del
cuerpo quemado y la amputación de los brazos y de la pierna izquierda. Una
larga recuperación por delante y un deseo: volver a subirse a una bicicleta
para seguir jugando con sus amigos.
No era la inocencia infantil lo que llevaba a Ricardo a
perseguir un sueño. Era un reto, un desafío al destino. Un indomable espíritu
de superación que desde niño le ha llevado a alcanzar las más altas metas en el
deporte y en la vida. Volvió a subirse a una bici y aprendió a escribir con la
boca para tomar los apuntes en clase. En casa no hubo distinciones. Sus padres
y sus amigos le trataron como uno más y le inculcaron el valor de la
persistencia. “Mis padres me enseñaron que algo no se puede conseguir si no lo
intentas muchas veces”.
Después de 22 años compitiendo en el agua, Ricardo se pasó
al ciclismo, disciplina en la que es campeón del mundo en pista y carretera
Sólo así se entiende que Ricardo Ten sintiera desde pequeño
la pasión por los deportes y no desfalleciera en el intento. Desde entonces no
ha parado de competir. La minusvalía no ha sido un impedimento, sino un
estímulo que le ha llevado a tomar parte en cinco Juegos Paralímpicos y a ganar
seis medallas en natación: tres de oro, una de plata y dos de bronce. También
ha sido 13 veces campeón de Europa y 7 veces campeón del mundo en natación,
además de obtener el récord del mundo de 100 metros braza en la categoría sb4.
Tras los Juegos Paralímpicos de Río 2016 y después de 22
años compitiendo en el agua, Ricardo se planteó dejar el deporte porque le
faltaba “motivación y ambición” y sentía que cada vez le era más difícil
competir. “Pero decidí que pasara un tiempo para tomar la decisión en frío”,
explica. Sin dejar de nadar, pero sin la intensidad de antes, comenzó la
temporada practicando otros deportes que le apasionan: ciclismo en ruta y
pista, esquí alpino y tenis de mesa. Al final se decantó por el ciclismo por
las sensaciones y el sentimiento que dice que le producen.
Tokio 2020 aparece hoy en el horizonte del valenciano,
convertido a sus 44 años en un ‘Inconformista del Deporte’, el sello con que
CaixaBank apoya al Equipo Paralímpico Español compartiendo los valores de
esfuerzo, sacrificio y constancia. Y lo hace recordando que la bicicleta fue
una parte muy importante de su recuperación desde niño. “Cuando conseguí volver
a montar en bici fue como derribar un gran muro. A partir de ahí supe que
conseguiría cualquier cosa que me propusiera”.
De momento, el paso de la natación al ciclismo le está
proporcionando la misma satisfacción que sentía con los éxitos que conseguía en
la piscina. Es campeón del mundo de ciclismo en pista y carretera, un doblete
que ningún ciclista español ha conseguido en una misma temporada, y aspira a
repetirlo en los Juegos de Tokio con el apoyo que CaixaBank ofrece a los
deportistas paralímpicos y su nueva campaña #InconformistasDelDeporte.
Pese a su palmarés, Ricardo Ten piensa afrontar los próximos
Juegos Paralímpicos de la misma manera que lo ha hecho hasta ahora, disfrutando
de la competición y sin sentirse obligado a ganar. “No quiero ponerme ningún
tipo de presión o pensar que si ahora soy el campeón del mundo con récord
incluido soy el más favorito”, aunque, eso sí, lo hará con la misma
determinación que le ha hecho a lo largo de las más de dos décadas que lleva
compitiendo. Porque como él mismo reconoce, “soy un adicto a la competición, no
concibo el deporte sin ella”.
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